Jacques rancière: las aventuras de la emancipación

Eduardo Pellejero
Jacques Rancière: Las aventuras de la emancipación


Cuando Foucault admira a Kant por haber planteado el problema de la filosofía, no por relación a lo eterno, sino por relación al Ahora, quiere decir que la filosofía no tiene por objeto contemplar lo eterno, ni reflexionar sobre la historia, sino diagnosticar nuestros devenires actuales: un devenir-revolucionario que,según Kant mismo, no se confunde con el pasado, el presente ni el porvenir de las revoluciones. Un devenir-democrático que no se confunde con lo que son los Estados de derecho...

Deleuze-Guattari, ¿Qué es la filosofía?



De una afortunada colaboración con Louis Althusser proviene la primera referencia bibliográfica que conocemos de Jacques Rancière: un temprano ensayo de 1965 (Rancière contabaentonces apenas 25 años), que se titulaba: «El concepto de ‘crítica’ y la crítica de la ‘economía política’», y que formaba parte del difundido volumen colectivo conocido como Leer el capital (Lire le Capital, Maspero, 1965). Precoz incursión en el mundo universitario de la época de la mano de un Althusser en plena actividad, que lo situaba al mismo tiempo en el centro de la escena política.Diez años más tarde, sin embargo, en 1974, cuando volvemos a encontrar a Rancière (a un Rancière más maduro, si se puede decir), aparece tomando distancia de su maestro, poniendo en causa esa lectura del marxismo, en un claro giro hacia el maoísmo. Con La lección de Althusser (La Leçon d'Althusser, Gallimard, 1974), en efecto, la ruptura con el maestro, a la vez filosófica y política, resintiendo elimpacto de la revolución cultural en la China de Mao Tse-Tung y los estilazos de mayo del 68, implicaba la reevaluación de las relaciones históricas y filosóficas entre el conocimiento y las masas. Retomando las Tesis sobre Feuerbach, Rancière asimila el punto de vista jerárquico de los educadores marxistas a la perspectiva clásica de la «interpretación del mundo» para contraponerlo al nuevo puntode vista revolucionario (maoísta) de la «transformación del mundo», poniendo sobre la mesa una nueva cuestión: ¿quién y con qué título organizará este mundo?, o, si se prefiere, ¿quién y para qué educará a los educadores?
Es lo que intentará explicar retrospectivamente en una entrevista de 1978, donde recuerda que, después del 68, se siente en la necesidad de renunciar a toda forma departicipación en el «gran combate» de la filosofía materialista y progresista contra la filosofía idealista y reaccionaria, en la medida en que le parece ridículo pretender poner al servicio del pueblo o de la revolución una filosofía cualquiera. Después de todo, se preguntará, ¿la filosofía ha hecho alguna vez otra cosa que proponer, justificar, comentar un reordenamiento de las relaciones entre losdetentores del poder y los detentores del saber? En el 74, la joven promesa de la teoría marxista del 65 ya no se siente tocada por el juego de esos conflictos internos al pensamiento dominante, y polémicamente arremete tanto contra el marxismo como contra la filosofía .
En última instancia, Rancière se rebela contra la repartición que el marxismo de Althusser presupone, dejando la «naturaleza» –lanobleza del trabajo artesanal, la experiencia concreta de la materia y de los encantos de la vida rústica– a las masas, y a los intelectuales el trabajo de la organización del pensamiento: “La historia, enseña Althusser, no es conocible ni «factible» más que por la mediación de los sabios. Las «masas» hacen la historia seguramente, pero (...) no hacen la historia más que a condición de comprenderantes que están separados: separados por el espesor de la «ideología dominante», por todas las historias que la burguesía les cuenta y que, bestias como son, se comerían siempre si nosotros no estuviésemos ahí para les enseñar a reconocer las tesis buenas y las malas. Fuera del Partido no hay salvación para las masas, fuera de la filosofía no hay salvación para el partido” . En la lectura de...