La Afectividad En La Enseñanza De La Ciencia
La afectividad en la enseñanza de la ciencia
Andoni Garritz Ruiz*
AbstrAct (Affectivity in science teaching)
The cognitive models are relevant and useful for conceptualizing student learning, but their
reliance on a model of academic learning as cold and isolated cognition may not adequately
describe learningin the classroom context. That is because the learning of scientific concepts is
more than a cognitive process. Students’ interest and attitudes towards science as well as their
perceptions of how well they will perform in learning contexts may play important roles in
developing a meaningful understanding of science, one that goes beyond rote memorization
towards the ability to explaineveryday phenomena with current scientific knowledge.
Teaching is highly charged with feeling, aroused by and directed towards not just people
but also values and ideals. Behind practitioners’ affective reactions to both their work and the
settings in which it takes place lies the close personal identification of teachers with their
profession. We have to draw attention to several decades ofneglecting a research topic which is
of daily concern to practitioners. Despite the passion with which teachers have always talked
about their jobs, there is relatively little recent research into the part played by or the significance
of affectivity in teachers’ lives, careers and classroom behaviour.
Good teaching is characterized by a Supportive Classroom Climate; that is, a favourable
classroomlearning environment. The affective domain can be summarized by beliefs, attitudes
and emotions; by interests, motivation and goals.
KEYWOrDs: affective domain, science teaching, beliefs, attitudes, emotion, interest, motivation, goals.
Introducción
La enseñanza está altamente cargada de sentimientos, suscita
da y dirigida no sólo hacia personas, sino también hacia valo
res e ideales.En particular, las reacciones afectivas que existen
detrás de los practicantes de la enseñanza de la ciencia, tanto
en su trabajo como en todo lo que los rodea, logran la identi
ficación de los profesores con su profesión.
Es de llamar la atención el olvido, por parte de los investi
gadores educativos de la ciencia, de la faceta afectiva como
una de la que depende crucialmente elaprendizaje. A pesar
de la pasión con la cual los profesores han hablado siempre de
su trabajo, hay relativamente poca investigación reciente acerca
del papel que juega la afectividad en la vida, carrera y com
portamiento en el aula de los profesores de ciencia: de ese
clima favorable que puede establecerse en el salón de clase.
Desde los años sesenta del siglo pasado los sentimientos
delprofesorado han recibido una atención escasa en los ar
tículos de los investigadores de la educación científica. Como
si no supieran cómo encarar la porción afectiva de la enseñan
za. Hay muchos más artículos escritos sobre el dominio afec
tivo por investigadores de la educación matemática que los
del área científica, y no se diga de los miles escritos por los
expertos en psicología educativa. Yello a pesar de la aparición
de dos capítulos en cada uno de los Handbooks sobre investi
gación en la educación en ciencia (Simpson et al., 1994; Fra
ser, 1994; Wubbels y Brekelman, 1998; Bell, 1998; Koballa y
Glynn, 2007; Jones y Carter, 2007) en los que se toca la di
mensión afectiva, las creencias, actitudes y emociones que
forman parte integral de la enseñanza.
Debemos decir que nosólo son los investigadores educativos
los que se han olvidado de este tema. En general somos una
sociedad de «eruditos racionales», pero de «analfabetas emo
cionales», por el exceso de atención que se pone a la racionalidad
y el defecto a la afectividad. En este artículo vamos a hacer un
análisis acerca de este importante factor para el aprendizaje.
Un buen profesor es uno que crea un...
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