La Carta de Isabel de Guevara
3. LA CARTA DE ISABEL DE GUEVARA
La mujer y la conquista
Nuestro texto será ahora la Carta de Isabel de Guevara, quien figura entre los fundadores de Buenos Aires y Asunción. Desde esta última ciudad escribe su carta en 1556, el mismo año de las "leyes" de Irala que marcan elcomienzo de la etapa colonizadora. En ella nos remite directamente a una participación de la mujer desde los primeros momentos de la Conquista, cuya modalidad queda a la vista no solo por lo que nos cuenta sino además por los hechos discursivos.
El texto:1
A la muy alta y muy poderosa señora la Princesa Doña Juana, Gobernadora de los Reinos de España, etc. -En su Consejo de Indias.
Muy alta ymuy poderosa señora:
A esta provincia del Río de la Plata, con el primer gobernador de ella -Don Pedro de Mendoza- habemos venido ciertas mujeres , entre las cuales ha querido mi ventura que fuese yo la una. Y como la Armada llegase al puerto de Buenos Aires con mil e quinientos hombres y les faltase el bastimento , fue tamaña la hambre que a cabo de tres meses murieran los mil. Estahambre fue tamaña que ni la de Jerusalén se le puede igualar ni con otra nenguna se puede comparar. Vinieron los hombres en tanta flaqueza que todos los trabajos cargaban de las pobres mujeres, ansí en lavarles las ropas como en curarles, hacerles de comer lo poco que tenían, alimpiarlos, hacer centinela, rondar los fuegos, armar las ballestas cuando algunas veces los indios les veníena dar guerra, hasta acometer a poner fuego en los versos y a levantar los soldados, los que estaban para ello, dar arma por el campo a voces, sargenteando y poniendo en orden los soldados. Porque en este tiempo, como las mujeres nos sustentamos con poca comida no habíamos caído en tanta flaqueza como los hombres. Bien creerá Vuestra Alteza que fue tanta la solicitud que tuvieron que si nofuera por ellas todos fueran acabados, y si no fuera por la honra de los hombres muchas más cosas escribiera con verdad y los diera a ellos por testigos. Esta relación bien creo que la escribir n a Vuestra Alteza más largamente y por eso cesaré.
Pasada esta peligrosa turbunada determinaron subir río arriba, así flacos como estaban y en entrada de invierno, en dos bergantines, los pocosque quedaron vivos, y las fatigadas mujeres los curaban y los miraban y les guisaban la comida, trayendo la leña a cuestas de fuera del navío y animándolos con palabras varoniles que no se dejasen morir, que presto darían en tierra de comida, metiéndolos a cuestas en los bergantines con tanto amor como si fueran sus propios hijos. Y como llegamos a una generación de indios que se llamantimbúes, señores de mucho pescado, de nuevo los servíamos en buscarles diversos modos de guisados porque no les diese en rostro el pescado, a causa que lo comían sin pan y estaban muy flacos.
Después determinaron subir el Paran arriba en demanda de bastimento, en el cual viaje pasaron tanto trabajo las desdichadas mujeres que milagrosamente quiso Dios que viviesen por ver que en ellas estaba lavida de ellos. Porque todos los servicios del navío los tomaban ellas tan a pechos que se tenía por afrentada la que menos hacía que otra, serviendo de marear la vela y gobernar el navío y sondar de proa y tomar el remo al soldado que no podía bogar y esgotar el navío y poniendo por delante a los soldados que no se desanimasen, que para los hombres eran los trabajos. Verdad es que a estascosas ellas no eran apremiadas ni las hacían de obligación ni las obligaba, sí solamente la caridad. Ansí llegaron a esta ciudad de la Asunción, que aunque agora está muy fértil de bastimentos entonces estaba de ellos muy necesitada, que fue necesario que las mujeres volviesen de nuevo a sus trabajos haciendo rozas con sus propias manos, rozando y carpiendo y sembrando y recogiendo el...
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