La constitución española de 1978 (blanco valdés)
Páginas: 4 (809 palabras)
Publicado: 17 de junio de 2010
RESEÑA
Nuestras constituciones, fueron siempre durante el XIX y hasta la de 1931, documentos políticos que se limitaron a instituir la respectiva posición constitucional y funciones del Rey y delparlamento. Lo peculiar de nuestra experiencia constitucional fue la forma en que se transformó históricamente la tensión orgánica que en todos los regímenes monárquicos del siglo XIX definió la vidadel estado: mientras otras monarquías evolucionaron hacia una creciente parlamentarización, la española ni se parlamentarizó ni consintió la consolidación de formas de gobierno alternativas.
Losinstrumentos que la posibilitaron estaban también en la Constitución: las facultades de supresión del parlamento y de libre designación de los gobiernos colocaron en manos del monarca un instrumentopara decidir quien debía gobernar, o el bicameralismo, con un senado aristocrático dispuesto a dar parón a cualquier proyecto de signo avanzado; o la falta de una auténtica autonomía de lasinstituciones provinciales. Todo ello fue posibilitado por la sistemática limitación, cuando no negación de los derechos ciudadanos: tanto la Constitución de 1845 como la de 1876 fueron restrictivas con elreconocimiento de los derechos de los españoles. La Constitución era una hoja de papel que podía ser vulnerada por el poder legislativo.
La limitación del derecho de sufragio hasta 1890 y la inmensacorrupción electoral imposibilitaron la aparición de un sistema de partidos mínimamente representativos y susceptible de favorecer un cambio progresivo dentro del propio régimen político. Con laconquista del sufragio universal para varones en 1890, la gravísima crisis colonial, la lucha obrera y el creciente problema regional en Cataluña y las provincias vascongadas acabarán minando el sistema queCánovas, Sagasta, Maura o Canalejas habían intentado mantener.
La dictadura que en el año 1923 colocó el general Primo de Rivera pospondría el derrumbe hasta 1931. Como en 1873, la crisis del...
Nuestras constituciones, fueron siempre durante el XIX y hasta la de 1931, documentos políticos que se limitaron a instituir la respectiva posición constitucional y funciones del Rey y delparlamento. Lo peculiar de nuestra experiencia constitucional fue la forma en que se transformó históricamente la tensión orgánica que en todos los regímenes monárquicos del siglo XIX definió la vidadel estado: mientras otras monarquías evolucionaron hacia una creciente parlamentarización, la española ni se parlamentarizó ni consintió la consolidación de formas de gobierno alternativas.
Losinstrumentos que la posibilitaron estaban también en la Constitución: las facultades de supresión del parlamento y de libre designación de los gobiernos colocaron en manos del monarca un instrumentopara decidir quien debía gobernar, o el bicameralismo, con un senado aristocrático dispuesto a dar parón a cualquier proyecto de signo avanzado; o la falta de una auténtica autonomía de lasinstituciones provinciales. Todo ello fue posibilitado por la sistemática limitación, cuando no negación de los derechos ciudadanos: tanto la Constitución de 1845 como la de 1876 fueron restrictivas con elreconocimiento de los derechos de los españoles. La Constitución era una hoja de papel que podía ser vulnerada por el poder legislativo.
La limitación del derecho de sufragio hasta 1890 y la inmensacorrupción electoral imposibilitaron la aparición de un sistema de partidos mínimamente representativos y susceptible de favorecer un cambio progresivo dentro del propio régimen político. Con laconquista del sufragio universal para varones en 1890, la gravísima crisis colonial, la lucha obrera y el creciente problema regional en Cataluña y las provincias vascongadas acabarán minando el sistema queCánovas, Sagasta, Maura o Canalejas habían intentado mantener.
La dictadura que en el año 1923 colocó el general Primo de Rivera pospondría el derrumbe hasta 1931. Como en 1873, la crisis del...
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