la esperanza
Páginas: 4 (795 palabras)
Publicado: 21 de noviembre de 2014
La esperanza: motor secreto de la historia
En el comienzo del Adviento, nos preparamos para celebrar el tiempo fuerte de la Navidad, a punto de concluir este año, que ha sido pródigo, tanto enacontecimientos venturosos, como aciagos.
A modo de balance personal y comunitario, resulta ineludible valorar lo vivido – y lo que lo vendrá- desde una perspectiva renovada-y renovadora- que integrela fe y la esperanza.
Enseña el Papa emérito Benedicto XVI, en su encíclica Spe Salvi (Salvados en la esperanza) que ambos términos son intercambiables:(…) “Se nos ofrece la salvación en el sentidode que se nos ha dado la esperanza, una esperanza fiable, gracias a la cual podemos afrontar nuestro presente: el presente, aunque sea un presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia unameta, si podemos estar seguros de esa meta y si esa meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino”.
En consonancia con lo expuesto, el Papa Francisco ha realizado un vibrantellamamiento, en Evangelii Gaudium: ¡“No nos dejemos robar la esperanza! y advierte sobre la tentación de caer en un “pesimismo estéril”, como una patología que afecta a los hombres de nuestro tiempo y que, enespecial, padecen (¿padecemos?) muchos creyentes, aún cuando estamos llamados a dar testimonio cotidiano sobre lo que creemos y lo que esperamos.
Con el propósito de profundizar acerca de estacuestión gravitante, que gira en torno al sentido último de la historia, compartimos un bello texto (adaptado) perteneciente a la obra titulada ¿ “Es aún posible la esperanza”?, cuyo autor es el sacerdotejesuita Fernando Boasso.
(…) “La Historia se va configurando a través de una serie de acontecimientos protagonizados por los hombres y en megaeventos protagonizados por las naciones. Pasa porperiodos de vida intensa y en otros períodos decae. Optimismos y pesimismos van tiñendo las distintas épocas. La historia concreta es el resultado de actos virtuosos y pecados, el trasfondo de la...
En el comienzo del Adviento, nos preparamos para celebrar el tiempo fuerte de la Navidad, a punto de concluir este año, que ha sido pródigo, tanto enacontecimientos venturosos, como aciagos.
A modo de balance personal y comunitario, resulta ineludible valorar lo vivido – y lo que lo vendrá- desde una perspectiva renovada-y renovadora- que integrela fe y la esperanza.
Enseña el Papa emérito Benedicto XVI, en su encíclica Spe Salvi (Salvados en la esperanza) que ambos términos son intercambiables:(…) “Se nos ofrece la salvación en el sentidode que se nos ha dado la esperanza, una esperanza fiable, gracias a la cual podemos afrontar nuestro presente: el presente, aunque sea un presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia unameta, si podemos estar seguros de esa meta y si esa meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino”.
En consonancia con lo expuesto, el Papa Francisco ha realizado un vibrantellamamiento, en Evangelii Gaudium: ¡“No nos dejemos robar la esperanza! y advierte sobre la tentación de caer en un “pesimismo estéril”, como una patología que afecta a los hombres de nuestro tiempo y que, enespecial, padecen (¿padecemos?) muchos creyentes, aún cuando estamos llamados a dar testimonio cotidiano sobre lo que creemos y lo que esperamos.
Con el propósito de profundizar acerca de estacuestión gravitante, que gira en torno al sentido último de la historia, compartimos un bello texto (adaptado) perteneciente a la obra titulada ¿ “Es aún posible la esperanza”?, cuyo autor es el sacerdotejesuita Fernando Boasso.
(…) “La Historia se va configurando a través de una serie de acontecimientos protagonizados por los hombres y en megaeventos protagonizados por las naciones. Pasa porperiodos de vida intensa y en otros períodos decae. Optimismos y pesimismos van tiñendo las distintas épocas. La historia concreta es el resultado de actos virtuosos y pecados, el trasfondo de la...
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