La televisión

Mar González
LA DECADENCIA DE LA TELEVISIÓN

Los platós son fantasías horteras. Ya nadie parece temer los colores agresivos. Los decoradores optan por lo chillón, sin complejos, y losespectadores se han vuelto inmunes a los brillos extravagantes.
La televisión lleva años en decadencia, y el público opta por la indiferencia. Todas aquellas noticias de cierta calidad han idodesapareciendo de manera gradual para dejar sitio al puro sensacionalismo.
Hoy en día, el criterio de los programas y noticieros lo dicta la diversión: interesa lo frívolo, lo lúdico,las noticias sangrientas, los misterios sin resolver…

Es cierto que todavía resisten algunos programas de contenido cultural en cadenas marginales, pero incluso estas están en retroceso acausa sus pobres audiencias. Todas aquellos que optan por proteger sus valores por encima del verdadero interés público, viven en constante riesgo de bancarrota y fracaso. Tan solo una escasaminoría parece dispuesta a ver programas que le exijan una mínima reflexión. Muy pocos deciden pensar, pudiendo no hacerlo.

Es fácil deducir, por tanto, que la extrema vagancia es una de lasprincipales culpables de esta ruina televisiva. Las cadenas ofrecen lo que el público pide: sencillez, claridad y entretenimiento.

Muchos relegaron a un segundo plano la lectura tiempoatrás coaccionados por el vicio del mínimo esfuerzo. La televisión era más accesible, y su triunfo dejó constancia de ello. Sin embargo, el público actual no satisfecho con haberse evitado latediosa tarea de leer, llega hasta el extremo de rechazar todo aquel contenido audiovisual que implique trabajo mental. Nadie parece dispuesto a sacrificar neuronas.

Las emisoras,desgraciadamente, se vuelven cómplices de este público gandul, produciendo programas multicolores sin contenido. Y de esta manera, la televisión deja de estar en decadencia, para decaer por completo.