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CAPÍTULO I

¿Cómo había llegado a estar en semejante circunstancia? ¿Cómo es que estaba a punto de morir a manos de licántropos? ¿Qué los había llevado a tramar semejante venganza? Quizá nunca sabría las respuestas o quizá estaban guardadas en lo más profundo de su memoria, después de todo había vivido durante demasiado tiempo y, muy a su pesar, no había sido del todo buena. Aunque ¿de verdadexisten las personas buenas? O simplemente son personas que actúan de acuerdo a las diferentes situaciones que les toca vivir.

Con la mirada fija en las escasas estrellas que en el firmamento se podían ver, puesto que la brillante luz de la luna las opacaba casi por completo. Una lágrima escapó rebelde de sus ojos mientras en su mente se agolpaban un sin número de preguntas, que quizá, ya erademasiado tarde para responder. Las heridas que tenía a lo largo de todo el cuerpo eran muy graves y la sangre manaba copiosamente de cada una de ellas, aminorando las posibilidades que tenía de sobrevivir con cada gota que perdía.

Lo que resultaba extraño era que a pesar de que podía desangrarse, eso no la mataría. Al ser un ser de la noche podría vivir para siempre o al menos eso había creídohasta hace poco tiempo atrás, que equivocada había estado. Nunca pensó que acciones del pasado, tarde o temprano le pasarían factura. Katherina cerró sus ojos color miel y se concentró en recordar el momento exacto en el que había, por así decirlo, firmado su sentencia de muerte.

Año 1524
La estridente risa de dos pequeñas niñas y una adolescente, se podía escuchar desde lejos. Casandra, Camila yKatherina jugaban alegres en la orilla del lago ajenas a lo que a su alrededor sucedía. No muy lejos de donde ellas se encontraban, los padres de las pequeñas discutían acaloradamente.

—Tenemos que marcharnos — Decía la mujer de cabello negro como la noche, alta y de finas facciones —No lo hagas por mí…—dijo con voz suplicante mientras sus ojos verdes se volvían hacia las niñas.

—Eso… eso esjugar sucio Lucia… — susurró Jeremy con amargura —Nada de esto fuera necesario si tu no…— dejó la frase a medías y apartó sus ojos negros de una de las niñas —Nos has puesto en peligro a todos… —Hizo una leve pausa y completamente rendido añadió —Partiremos en la madrugada y ruega a Dios que no sea demasiado tarde, he escuchado rumores de que están cerca — le dijo y el rostro del hombre ahora lucíamás preocupado que molesto.

Desde hace ya varios años que tenían que pasar huyendo de pueblo en pueblo, escapando de una guerra de la que hubieran querido no formar parte o incluso jamás tener conocimiento de ella, pero el corazón bondadoso de Lucia los había orillado a aquel destino.

Mientras se acercaba hacía donde estaban sus hijas, en la mente de Lucia un sin número de imágenes aparecierontrayendo sin su permiso el recuerdo de la noche en la que todo cambió y aunque no se arrepentía de lo que hizo sabía perfectamente que sus acciones la perseguirían hasta el día en que muriera.
Estaba recogiendo la ropa, pues los últimos rayos de sol habían perdido en el horizonte hace ya varias horas, y a pesar de que el ropaje no estaba completamente seco, era mejor guardarla ya que las nubespresagiaban tormenta. La mano de Lucia se deslizó despreocupada por una de las sabanas, cuando entre las sombras distinguió la figura de una mujer que a pesar de su palidez, era hermosa.

La mirada de las dos mujeres se cruzó por una fracción de segundo. A Lucia se le heló la sangre al percatarse de las manchas de sangre que habías sobre las prendas de vestir de la desconocida, y más aún al ver elavanzado estado de gestación que tenía. Soltó la cesta de ropa y llevó sus manos hacía su boca conteniendo un gritó. El instinto de protección y auxilio se hizo presente en ella que no dudó en acercarse hasta la mujer que, apoyada sobre un árbol, parecía incapaz de dar un paso más.

—Ayuda al bebé…—susurró la joven, en la voz se podía notar el sufrimiento y la suplica por la vida de su hijo....