Libro

capítulo 11
Cuanod mi mamá se dio cuenta que conel, a plata del prhor no podíamos vivir como ella estaba enseñada y con ayuda de la madre se puso a trabajar en una pequeña oficina ubicada en elcuarto de aseo de un edificio nuevo que estaban haciendo aunque a mi padre noi le gustaba la idea que mi madre trabajara pero ella en su empeño lo logró a veces mi madre me llevaba a su trabajo y yo me lapasaba en el ascensor del edificio para arriba y para abajo. mi mamá se
encargaba de hacer a mano las cuentas del
edificio, con un lápiz amarillo bien afilado,
sobre un inmenso libro de contabilidadde
tapas duras y verdes. También tenía que hacer
las actas de las reuniones de la Junta del
edificio, en un estilo ganticuado que le había
enseñado tío Luis, el hermano del arzobispo,
que habíasidsecretario perpetuo de la
Academia de Historia. Mi ma sabía de mecanografía y dwqdftaquigrafia había hecho un curso de
secretariado en la Escuela Remington para
Señoritas, y antes de casarse había sidola
secretaria del gerente de Avianca en Medellín,
el doctor Bernardo Maya con el cual planta casarse si mia no le cumplía la promesa de casarse con ella y yo me imaginaba como hubiera sido mi mamácasada con el y que yo no me parecería a mi padre.
A la oficina llego la primera
ayudante de mi mamá, que tenía el nombre
de Socorro, y con ella llegó la primera sumadora,
una maquinita de manivela queme dejaba
atónito pues resolvía con unos poco tiempo operaciones
aritméticas que yo me demoraba horas en
resolver para las tareas del colegio. Con el
pasar de los años, poco a poco, irían llegandomás y más empleadas a esa oficina, siempre
mujeres, sólo mujeres, nunca hombres. Con el pasar del tiempo mi mamá y su oficina fueron creciendo y así logramos de nuevo vivir como estábamos enseñado.También mi mamá me dio trabajo a mi haciendo
redacción de cartas, informes y actas en un
ficticio y algunos de mis amigos también trabajaron en la oficina de mi madre que la bautizo empresa que ella...