Lipovetsky
El consumo sin freno *(Por Gilles Lipovetsky)
La espiritualidad consumista
Ni siquiera la religión representa ya una fuerza de oposición al avance delconsumo-mundo. A diferencia de lo que ocurría en el pasado, la Iglesia no pone ya por delante las ideas de pecado mortal, no exalta ya el sacrificio ni la renuncia. El rigorismo y la culpabilización se hanatenuado mucho, lo mismo que los antiguos temas del sufrimiento y la mortificación. Mientras las ideas de placer y deseo se desvinculan del "pecado", la necesidad de cargar con la propia cruz hadesaparecido. No se trata ya tanto de inculcar la aceptación de las adversidades sino de responder a las decepciones de las mitologías seculares, que no han conseguido mantener sus promesas de aportar ladimensión espiritual necesaria para la plenitud de la persona. De ser una religión centrada en la salvación de ultratumba, el cristianismo ha pasado a ser una religión al servicio de la felicidadmundana que pone el acento en los valores de la solidaridad y el amor, en la armonía, la paz interior, la realización total de la persona. Por donde se ve que somos menos testigos de un "retorno" de loreligioso que de una reinterpretación global del cristianismo, que se ha adaptado a los ideales de felicidad, hedonismo, plenitud de los individuos, difundidos por el capitalismo de consumo: el universohiperbólico del consumo no ha sido la tumba de la religión, sino el instrumento de su adaptación a la civilización moderna de la felicidad en la tierra.
Cuando domina una concepción mundana ysubjetiva de la salvación, aparece al mismo tiempo la comercialización de las actividades religiosas y pararreligiosas, ya que los individuos necesitan encontrar "en el exterior" medios para consolidar...
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