Monstruos

En el siglo XVIII, el siglo de la Ilustración, los considerados monstruos habían llamado una especial atención por parte ya no sólo de los científicos, sinotambién de la corte. Se habían convertido en objetos deseados, en tanto que eran objetos extraordinarios, únicos, y ello suponía una cuestión de prestigio y poder paraaquel que los tuviera a su disposición.
El uso científico y exposición pública de los monstruos formaba parte de valores y prácticas culturales diversas, siendo suintegración en el orden ilustrado teórico y práctico al mismo tiempo.
Su difusión entre las élites intelectuales comenzó a proliferar, llegando a convertirse en temade conversación, representándose por primera vez en folletos y dibujos, para pasar posteriormente a los gabinetes, para un estudio más exhaustivo.
De esta manera,los naturalistas y médicos ilustrados del XVIII argumentaban a menudo que con sus estudios lo que pretendían era el poder liberar a los monstruos de lasuperstición y el perjuicio, aunque a veces se tratase de una mera excusa para su análisis. Al mismo tiempo, en el estudio de estos seres surgía una gran polémica y conflictode intereses, entre quienes eran partidarios de la disección y estudio anatómico del monstruo, y aquellos que sostenían que se debían incorporar tal cual estaban auna colección.
Sea como fuere, el interés por los monstruos iba en aumento, hasta el punto en que en ciudades como San Petersburgo, se llegó a establecer una leypor la cual todos los nacimientos monstruosos debían ser entregados a los pastores de la comunidad con objeto de que los enviasen al gabinete para su examen.