Neoliberalismo

Argentina emergió de su período de dictadura militar con una enorme deuda y rígidamente encorsetada en un sistema de gobierno corporativista, autoritario y básicamente corrupto. La democratización se reveló una tarea difícil, pero en 1992 Carlos Menem llegó al poder. A pesar de ser peronista, Menem emprendió la liberalización de la economía, en parte para buscar el favor de Estados Unidos. Abrióel país al comercio extranjero y al flujo de capitales, introdujo una mayor flexibilidad en los mercados laborales, privatizó las compañías de propiedad estatal y vinculó el peso al dólar con objeto de mantener bajo control la inflación y proporcionar seguridad a los inversores extranjeros. En su gobierno, el paradigma de las virtudes del “libre juego” de las fuerzas del mercado alcanzó elmáximo vigor de aplicación en las políticas económicas. De ahí que se llegara a la absurda metáfora del piloto automático- o sea, sin las manos del Estado- para describir las condiciones en las que se desenvolvía la economía local.
Luego del rebrote hiperinflacionario de 1990, la alianza de poder construida por el presidente Menem entre el justicialismo, diversos partidos conservadores nacionales yprovinciales, las principales dirigencias sindicales, junto con sectores concentrados de la economía y acreedores externos, parecía estar en condiciones de encarar una profunda reestructuración de la economía (“la revolución productiva”) con una mayor equidad social (“el salariazo”).
Sin embargo, la realidad fue que “La revolución productiva” se transformó en la devastación de la industria, laconcentración y extranjerización de la propiedad, el privilegio de la especulación financiera y del consumo suntuario. Y el “salariazo” se convirtió en una fuerte caída de la capacidad adquisitiva de los trabajadores, con un enorme aumento del desempleo y el deterioro generalizado de las condiciones de trabajo.
Si bien Menem logró parar la hiperinflación que venía de años anteriores, losservicios en general y los servicios públicos privatizados en particular fueron los que más aumentaron sus precios en esta década, mientras que los que más bajaron fueron el precio del trabajo (los salarios reales) y los precios de los bienes producidos por sobrevivientes de la industria orientada al mercado interno.
La tendencia a lo largo del gobierno menemista mostraba que la demanda interna habíacrecido fruto, entre otras cosas, del incremento de la oferta monetaria generada por el ingreso de capitales externos. Esto, que se tradujo en una fuerte expansión del crédito para consumo, favoreció realmente a los sectores de ingresos medios y altos de la población. Este supuesto crecimiento se dio en forma desigual. De hecho, para 1999, último año de este gobierno, el consumo y la inversiónpresentan variaciones negativas del 3% y 13% respectivamente.
Por lo tanto, bajo el manto de la derrota de la hiperinflación con el régimen de convertibilidad, las relaciones de precios fueron transfiriendo masivamente ingresos de los asalariados y jubilados, y de los bienes públicos que presta el Estado (salud, educación, seguridad, etc.) hacia el capital concentrado y extranjerizado que dominó lasdecisiones políticas del período menemista.
Podemos decir que, a fines de los ’90, el mercado de trabajo evidenciaba una situación mucho peor que la recibida de los años ’80: el desempleo, el subempleo, la precariedad laboral, la caída de los salarios reales y el deterioro de las condiciones de trabajo reflejaban una de las herencias más perversas que el modelo neoliberal o neoconservador pudodejar. El desempleo abierto y el subempleo registrados llegaban cerca del 30% de la PEA (se duplicaron en relación a 1989), y gran parte del resto de la población trabajadora había visto descender sus ingresos y sus condiciones laborales, aumentando sólo la inestabilidad de sus puestos.
Cuando la evidencia de los datos del mercado de trabajo echó por tierra la tesis neoliberal, se intentó...