Propuesta de intervencion

La patada de la yegua: sublevación del cuerpo sexual.

Correspondencias entre SIDA y Dictadura en Loco afán de Pedro Lemebel





Por Itatí Rolleri (U.B.A.)









Con motivo de la visita de Félix Guatari a la Universidad Arcis en Santiago de Chile, en mayo de 1991, Pedro Lemebel escribió: “Vadeando los génerosbinarios, escurriéndose de la postal sepia de la familia y sobre todo escamoteando la vigilancia del discurso; más bien aprovechando sus intervalos y silencios; entremedio y a medias, reciclando una oralidad del detritus como alquimia excretora que demarca en el goce esfinteral su crónica rosa. Me atengo a la perturbación de este aroma para comparecer con mi diferencia.”[1] Así comienza la crónicaque da título a su libro Loco afán, así testimonia este escriba del lumpenaje travesti los escamoteos a los que ha sometido el cuerpo y la escritura para evadir el lampazo que los discursos de la modernidad estampan sobre la condición del homosexual tercermundista. Desde esa tribuna resiste e interviene la retórica de Lemebel, decidida a socavar el vasallaje encubierto tras la fachada importada yfalopizada de la estética gay, que desde su interior reproduce los mismos mecanismos de dominación y sometimiento acuñados en la gran maquinaria del sistema.
Las crónicas de Pedro Lemebel –corrosivas, impiadosas– fustigan, sacuden, provocan y, sobre todo, denuncian el intento de desbarrancar ese “mariconaje tribal de la periferia”. Su discurso se hace “acto” y la escritura se desboca: patea, comoyegua embravecida, la normativa de los modos de ser y estar en sociedad, desocultando las facetas de la marginalidad por donde deambulan identidades errantes y erradas. La performance de la “loca” travesti, una de las tantas variantes posibles encarnada en la figura del homosexual, pasa a reivindicarse como una militancia corpórea; el estigma del indeseable portador de HIV es reinterpretado comola triste resultante de un nuevo colonialismo -viral en este caso- desde los centros de poder; el travestismo prostibulario institucionaliza la transacción homosexual como un intercambio económico más de “bienes” y “servicios” que impera en los márgenes del sistema capitalista (léase concretamente los territorios de las “locas tercermundistas”), allí donde la quimera neoliberal pareciera ofrecersólo despojos y sarcomas.







“El sida y sus metáforas”

El subtítulo del libro, Crónicas de sidario, nos introduce ya desde el inicio en el ámbito de la enfermedad y la muerte. Sin embargo, hay algo terriblemente vital en la escritura de Lemebel que evita caer en la autocompasión y desdice, o desarticula, constantemente el lugar común de la víctima. Estas crónicas constituyen unaespecie de obituario dedicado a preservar la memoria de las primeras “locas” que cayeron ametralladas por el sida, cuando la primavera democrática estaba en sus inicios y todavía no se había disipado del todo el “tufo mortuorio de la dictadura”. Más bien, Lemebel pone en relación de contigüidad “sida” y “dictadura” estableciendo una lógica secuencial en la cual la represión premeditada del golpe,su balacera certera, fue la avanzada de lo que llegaría después multiplicando sus efectos destructivos bajo la forma de síndrome viral, como un mecanismo perfeccionado de eliminación para quienes subvierten los valores y las prácticas sociales, en este caso, los que “desacomodan” la normativa del comportamiento sexual. Susan Sontag en su ensayo sobre las enfermedades[2], plantea lacorrespondencia que la cultura occidental ha establecido a lo largo de su historia entre salud = virtud- productividad- autocontrol emocional y enfermedad = depravación-desorden-vicio. La sociedad ha construido sus propias metáforas alrededor de las enfermedades, y si bien en una época el cáncer ocupó el lugar de la manifestación del mal en lo que respecta a lo individual, en la actualidad, el sida se revela...