PROYECTO

HACIA DÓNDE VAMOS EN EL TRATAMIENTO DEL DOLOR
El Anestesiólogo tiene rol primordial en la evolución del estudio y tratamiento del dolor; criticable por cierto, cuando impone personalismos, deja de lado la fundamentación teórica o fragmenta ésta por un modelo que satisfaga la visión unidimensional que cree correcta. Los Patriarcas del tratamiento del dolor serían ofendidos si abandonamos elconcepto multidimensional que en definitiva constituye la estructura verosímil formalizada por la ciencia de ese Ser denominado Homo sapiens; complejo por cierto. Uno de los deberes es aprehender, otro enseñar y, el más importante, la imposición consciente de capacidad autocrítica a las labores o funciones que realizamos. La Anestesiología tiene historia particular asociada al tratamiento deldolor desde siempre, facilitando la cirugía primero, y posteriormente cuando el Dr. John Bonica en l960, siendo director del reciente Departamento de Anestesiología de la Universidad de Washington, crea la primera clínica multidisciplinaria de tratamiento del dolor, basada en la convicción multidimensional que sobre el dolor tenía.
Entre 1970 y 1990 se incrementó el número de instituciones dedicadasa tratar el dolor; casi todas dirigidas por anestesiólogos; hechos que llevaron a la American Society of Anesthesiologist, a través de su comité de Tratamiento de Dolor, a validarlas y clasificarlas. Y publica el INTERNATIONAL DIRECTORY OF PAIN CENTERS AND CLINICS.
Pero qué sucede en el Perú después de instaurada la primera Unidad de Tratamiento del Dolor en el Hospital de las Fuerzas Policialesen 1989. Cómo se han portado los “líderes de opinión” en esta área. Cuál ha sido su influencia en el aporte de ideas y conductas orientadas al desarrollo futuro de acuerdo a la progresión del conocimiento.
Es necesario sinceridad y el amparo en la verdad aunque resulte incómoda, para burlar la ceremonia asociada inadecuadamente a la crítica. MIchel de Montaigne en su obra Ensayos (1533 –1592), dice: … “La ceremonia nos prohíbe expresar con palabras las cosas lícitas y naturales, y la obedecemos. La razón nos prohíbe hacer las ilícitas y malas, y nadie la obedece”. Por tanto, acataremos a la razón para explicar hacia dónde nos dirigimos en el tratamiento del dolor, a pesar del temor a no ser escuchados.
Primero, el término “Analgesia”, en la denominación de Sociedad Peruana deAnestesia, Analgesia y Reanimación, no resulta muy justo, es un vocablo demasiado simple para la tarea en la cual estamos inmersos, y, su sencillez encadena, es poco trascendente, impide volar y no legitima el rol que los dioses proporcionaron a esta especialidad (no es imprecación). La analogía “Tratamiento de Dolor” es más expresiva e impactante. El “mea culpa” recae en quien esto escribe por llegartarde a la reunión donde se había votado a favor del vocablo “analgesia”. ¿Podrá reconsiderarse algún día?
Segundo, están preparados suficientemente los Anestesiólogos para considerarse terapeutas de dolor crónico, la respuesta es, no. Un curso de menos de un mes dictado en los programas de segunda especialización no justifica ni brinda predominio para asumir la labor. Una pasantía en las escasasunidades existentes tampoco es competente; porque o son centros orientados a un síndrome de dolor (centros contra el dolor por cáncer) o centros unimodales contra el dolor (clínicas de bloqueos nerviosos). Es necesario contar con centros integrales contra el dolor, donde exista espacio y personal dedicado a valorar la interacción de los aspectos físicos, emocionales, sociales y espirituales delos pacientes y con capacidad para instaurar estrategias inter o multidisciplinarias. (Esta clasificación está basada en el “International Directory of Pain Centers and Clinics” de la American Society of Anesthesiogist).
Los caminos a tomar son el desarrollo de unidades de tratamiento de dolor agudo y de dolor crónico. La primera, es más adaptable al anestesiólogo. Su preparación es indiscutible...