Psicologia del desarrollo

Sesión Nº 10

Tema: Formación de Hábitos
1. Objetivo:

- Explicar la relación entre la formación de hábitos y la educación

2. Desarrollo:

La finalidad de la educación es que el hombre adquiera un modo de ser virtuoso. Lo afirma Santo Tomás de Aquino: “no tiende la naturaleza sólo sus generación (de la prole), sino que también e su conducción y promoción hasta el estado perfecto delhombre en cuento hombre, que es el estado de virtud”.

Para que se puedan generar virtudes hace falta la intención de educar. Una intencionalidad educativa.

La libertad plena sólo aparece ante la verdad. Es la verdad la que ilumina esta intención en la educación. Ante ella aparece el fin último al cual debe ser orientado el hombre. Lo que realmente hace a alguien salir de sí es laexperiencia de que ha sido mirado por otro, amado. Por lo tanto, educar no es adiestrar para, es formalmente educar la libertad y esta no se educa si no hay virtudes.

Toda educación lleva implícita una cierta concepción del hombre y de su finalidad. El fin último del hombre es la felicidad. Esta es buscada y deseada por todos. Lo propio del hombre es vivir con inteligencia y voluntad. La felicidad parael hombre será el bien perfecto de la naturaleza intelectual en cuanto tal, es decir un bien inmaterial. Este bien es la verdad, aquello por lo que el hombre vive como tal. Para que el hombre tenga vida humana debe vivir con una luz, esta luz es la verdad.

El hombre aspira a vivir en plenitud, es decir vivir en la verdad. Vivir en la verdad es poseer algo (una persona y vivir unido a ella).El hombre como no posee la verdad se debe dirigir a ella mediante actos humanos, esto es actos libres. Los actos libres son aquellos en que el hombre tiene posesión de su obra. Parten y terminan en él. Para esto, es esencial que halla conocimiento del fin. Siempre que se elige, se hace con relación a algo. Los actos libres serán buenos o malos, en la medida que apartan o acerquen al hombre a laverdad, y por tanto a su felicidad. Por esto, para hablar de actos buenos o malos es indispensable sostener la objetividad de la felicidad. Si esta desaparece no sólo se niega el carácter moral del acto, sino que también se le niega al hombre la posibilidad de ser feliz.

Dios inscribió en el corazón del hombre una ley, justamente para que pudiera ser libre. Esta ley, no es una norma externaimpuesta arbitrariamente, sino que da cuenta de la misma verdad del hombre. Es una ley de carácter universal, pero que se ordena a la felicidad de cada hombre individual.

El hombre es gobernado como un ser libre e inteligente. El hombre ha de discernir si los actos que realiza se apartan o no de esa luz.

En la medida que hay virtudes en el joven es más libre. Posee más plenamente la verdad ypor tanto es más feliz. En la medida que el hombre reconoce como amable aquella verdad y repite actos buenos para alcanzarla, va a ser más libre, pues el acto va a ser más suyo y por tanto más perfecto. La posesión de la verdad, no es como la posesión de un bien material, de un bien finito, que el poseerlo no perfecciona interiormente a quien lo posee. La verdad que se posee es el mismo Dios que seencuentra en lo más intimo del hombre, y por tanto quien se posee más perfectamente es el mismo hombre.

Dios mueve nuestra libertad, para que ordenemos nuestra mirada y saliendo de nosotros mismos, volvamos a lo más íntimo de nosotros. Por eso las virtudes nos hacen más libres. Si bien los hábitos son repeticiones de actos buenos, estos actos como condición deben ser libres, estar realizadosdesde el interior.

La felicidad será que Dios esté en nuestra inteligencia.. Juan Pablo II señala que cuando Dios llama al hombre hacia sí, lo llama también hacia él mismo. Si el hombre no va hacia Dios, no tienen interioridad real. Cuando el hombre va hacia Dios, está cada vez más enraizado en sí mismo, es más libre, porque su operación es más propia, más íntima, más suya.

Para el hombre...