Recursos humanos

Hay un cuento que circula en Internet desde hace días y lo reproduzco aquí por la pertinencia de su tema. “Iba la peste camino a Bagdad cuando se encontró a un peregrino que le preguntó ¿A dónde vas? La peste le contestó, a Bagdad, a matar a 10 mil personas. Pasado un tiempo, la peste volvió a encontrarse con el peregrino, quien muy enojado le reclamó: Me mentiste, dijiste que matarías a diez milpersonas y mataste a cien mil. Yo no mentí -le respondió la peste- efectivamente maté a diez mil, el resto se murió de miedo.
En estos momentos de incertidumbre, en los cuales no sabemos con certeza la realidad de la epidemia de influenza porcina (ahora nos dicen que humana, de Norteamérica o AH1N1) en nuestro país, a punto de convertirse en pandemia, según la OMS, al internacionalizarse lainfección, lo cual ya está sucediendo. Las autoridades mexicanas nos informan de un número de fallecidos y al día siguiente de otro; se especula que la epidemia se originó en Asia, en las granjas Carroll de Veracruz, en Oaxaca o en una granja porcina de Wisconsin, en Estados Unidos, desde 2005; que la demora en el diagnóstico obedeció a que no pudieron detectar este brote epidémico por no contar conlaboratorios especializados, de tal suerte que tuvieron que enviar muestras a Canadá. Esto último no se explica después de la gripe aviar que alertó a los gobiernos para desarrollar tanto vacunas como los medios para la detección de cualquier epidemia. Los últimos gobiernos no han considerado importante el impulso a la ciencia y la tecnología de la salud, porque, para ellos, hay otras prioridadescomo es el rescate financiero de las grandes empresas tanto nacionales como extranjeras que han sido su apoyo político.
También circulan de boca en boca, por Internet o teléfono, diversas especulaciones sobre la cantidad de bajas que ha tenido la epidemia. Hemos leído la narración de un político que la padeció y que ha sido criticado porque fue atendido en un hospital de lujo, en contraste con losmillones de mexicanos expuestos al virus, que sólo pueden aspirar al IMSS o al ISSSTE en el mejor de los casos y si les toca en el medio rural, pues solamente encomendarse a Dios, si son creyentes. Por todo ello y más, es importante dedicar unos minutos a la reflexión que tanta falta nos hace a los mexicanos en estos días en que se han incrementado los males que nos aquejan: debacle financiera,inseguridad, corrupción, impunidad, guerras de policías y militares contra el narco, violaciones frecuentes a derechos humanos por miembros del ejército y policías, influenza y hasta un temblor de 5.7 grados que aterrorizó a muchos mexicanos en días anteriores.
Para quienes manejan la energía y la espiritualidad en los seres humanos, el miedo, además de provocar parálisis, reduce los mecanismos dedefensa natural. Esa energía negativa que genera el miedo incrementa los riesgos y, por ende, la magnitud del problema. Es imprescindible atender las instrucciones que nos señalan las autoridades de salud tanto nacionales como internacionales; pero también es necesario desarrollar medios de defensa que están en el interior de cada quien. Una búsqueda permanente de la luz en medio de tantaoscuridad y eso sólo lo podremos conseguir con una introspección que nos permita encontrar lo mejor de nosotros mismos para superar el miedo y la vulnerabilidad ante el embate de los virus.
Ahora que por mandato gubernamental y prevención dictada por las autoridades de salud y organismos internacionales no podemos socializar, tendremos mucho más tiempo para fortalecernos interiormente, como sucedió enla capital en el sismo de 1985, para afrontar estas vicisitudes que nos han tocado vivir. Es preciso recordar que las grandes crisis tienen la capacidad de llevarnos al fondo para tomar impulso y de ahí resurgir como pueblo de una nación maravillosa. México es grande, muy grande, con un pasado glorioso, belleza, recursos y con gente inteligente, fuerte, buena y decidida a superar este nuevo...