Tareas

Otro 8 de marzo, Día Internacional de la mujer, y yo confieso, ante ustedes hermanas, que sí, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. No sé siquiera como empecé a pecar, cuandome comí la píldora de  un montón de cánones de  la sociedad  machista que reproduzco  casi  sin darme cuenta. Mentiría si dijera que alguna vez  fui  obligada  a atender a mi papá o a mishermanos.Mucho menos aún, podría quejarme de que se me limitó alguna actividad cultural, educativa o deportiva por cuestión de género. Tampoco tuve horarios ni reglas más restrictivas que mis hermanos. Sinembargo, ese peso cultural del deber ser  femenino andaba  por ahí, escondido en los rincones, en las actitudes de mi madre, mis primas, mis tías, en la tele, en los anuncios de Liverpool, en los Picapiedra y  en el Súper.
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Ahora,  casada, no se me imponen  restricciones ni controles  aparentes. Sin embargo, es en el papel de madre donde se vuelve más complicado no caer en la trampa, pues hayen  éste  un resquicio maravilloso para  reproducir tantas  pautas  que nos colocan como culpables, abnegadas, buenas y responsables de absolutamente  todo lo que ocurre dentro de la casa.

Por miculpa, por mi culpa, por mi gran culpa, el niño se hizo un  grosero, el chico se enfermó, el grande estaba muy flaco, gastamos mucho este mes, la camisa no tenía botón, la cama no estaba  hecha, la ropaquedó tirada, los trastes sucios llenaban el lavadero y no se recogió la ropa de la tintorería. Por eso ruego a los ángeles, a los santos y  a mi propio inconsciente que me ayuden, que  no metraicionen, que me recuerden que además de ser la esposa de fulano y la  madre de menganito y sultanito, soy yo y sí tengo, aparte  del que comparto con ellos, un proyecto de vida único e individual.
Poreso pido una atenta disculpa a Olimpia de Gouges, Mary Wollstonecraft, Flora Tristán, Betty Friedam, Simone de Beauvoir, Kate Millet, Luce Irigaray, Carla Lonzi y  a todas aquellas  que han luchado...