Textos de lisìstrata
TEXTOS DE “LISÍSTRATA” TEXTO 1 LAMPITO.- ¿Y quién ha convocado entonces esta reunión de mujeres? LISÍSTRATA.- Yo misma. LAMPITO.- Explícanos pues qué quieres. CLEÓNICA.- Por Zeus, querida, di de una vez lo que te preocupa. LISÍSTRATA.- Ahora hablaré, pero antes quiero haceros una pregunta muy simple. CLEÓNICA.- La que tú quieras. LISÍSTRATA.- ¿No echáis de menosa los padres de vuestros hijos, que están en campaña? Pues bien sé yo que los maridos de todas vosotras están fuera de casa. CLEÓNICA.- El mío, ay de mí, lleva fuera de casa cinco meses: está en Tracia vigilando a Éucrates.1 MIRRINA.- Pues el mío, ocho meses completos en Pilos. LAMPITO.- Y el mío, si alguna vez viene de su regimiento, volando agarra el escudo y se marcha como una exhalación.LISÍSTRATA.- Ni siquiera de amantes ha quedado ni una chispa; y desde que nos traicionaron los milesios no he visto ni un solo consolador de un palmo que nos sirva de ayuda con su cuero. ¿Querríais, pues, si encuentro el modo, ayudarme a terminar con la guerra? CLEÓNICA.- Yo sí, por las dos diosas, aunque tuviera que dejar hoy mismo en prenda esta mantilla ...y beberme lo que me dieran por ella.MIRRINA.- Y yo. Aunque tuviera que entregar la mitad de mí misma, cortándome por enmedio como un lenguado. LAMPITO.- Y yo. Aunque tuviera que subirme al Taigeto, si desde allí he de ver la paz. LISÍSTRATA.- Hablaré entonces; no hay que ocultar el plan. Mujeres, si hemos de forzar a nuestros maridos a vivir en paz, hemos de abstenernos... CLEÓNICA.- ¿De qué? LISÍSTRATA.- ¿Lo haréis? CLEÓNICA.- Lo haremosaunque tengamos que morir. LISÍSTRATA.- Pues bien, hemos de abstenernos de la polla. (Murmullos y gestos de espanto) ¿Por qué os volvéis? ¿Adónde vais? Vosotras, ¿por qué torcéis el gesto y negáis con la cabeza? ¿Por qué palidecéis? ¿A qué vienen esas lágrimas? ¿Lo haréis o no; qué problema tenéis?
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Estratego ateniense que, sospechoso de traición, era vigilado por los propios soldados a sumando.
TEXTO 2 LAMPITO.- Nosotras convenceremos a nuestros maridos de que vivan en paz sin dolo ni engaño, ¿pero cómo se podría convencer a las tumultuosas asambleas de los atenienses para que no desbarren? LISÍSTRATA.- No te preocupes. Convencer a ésos corre de nuestra cuenta. LAMPITO.- No, mientras marchen las trirremes y el tesoro inagotable esté en el templo de la diosa. LISÍSTRATA.-...
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