Tiempo en espera

TIEMPO EN ESPERA
Mauricio, entre involuntarias sábanas húmedas. Se vislumbra en sus disolutos pensamientos, en el cual se hacía persistente la extrañeza de sí mismo y su entorno; de cara a sumundo interior. Nuevamente el fantasma del recuerdo se hacía cómplice de él, se decía para sí. “No es el dolor físico en el que me encuentro, ni las cadenas en el cuello que me atormentaron, sino laagonía mental, la maldad del malo y la indiferencia del bueno, como si no valiese, como si no existiese”.
Fue en ese preciso momento cuando hundió con fuerza el rostro en su almohada. Escuchó quealguien subía las escaleras. Cristina, por su parte, se notaba un tanto preocupada, pues ignoraba cuál sería la reacción de su hijo, ante la nueva decisión tomada con su esposo. Consistía en que eljoven de 16 años, tomaría clases particulares de lunes a viernes cuatro horas diarias, con el singular profesor Santana. Ya que un día anterior la Sra. Farfán se topaba con otro rechazo, en estaocasión del Colegio Grijalva, pues la directora de éste, le notificó que no contaban con profesorado calificado para tratar a un joven con las necesidades de Mauricio.
Ambos padres estabanconscientes del trauma, que hace dos años, había sufrido su único hijo. En gran parte porque temían por la salud mental de éste, ya que el psiquiatra había diagnosticado algo denominado como, trastornopersistente de la personalidad tras experiencia catastrófica. Ambos padres continuaban tomando terapias, pues como podrían asimilar el cambio físico y sicológico del que había sido objeto su hijo.Meses antes de lo acontecido. Mauricio era un joven listo, sociable y excelente deportista.
Hasta cierto punto, era comprensible tal comportamiento. Según el diagnóstico del doctor Suasnávar, quienafirmaba como irreversibles las secuelas y el estrés post-traumático al que había sido sometido Mauricio, quien fue causa de secuestro, tenía tres dedos mutilados y había sido violentado...