Todo
Sin embargo, allí, en el Taller Cé, en el contexto de estar viendo “una obra de teatro”,entiéndase arte y cultura culta, lo escuchamos. Y valla que es un deleite escuchar no sólo las aventuras de Papo en la calle, sino también su filosofar que cubre hasta la ineficiencia de la academiareal española (ese club de dones que acepta las palabras cuando nosotros ya estamos listos pa botarlas) y su versión de novelas clásicas de la literatura como La Charca, La Celestina y La Metamorfosis.Y aunque en un breve conversatorio informal que Teófilo inició tras terminar la obra éste comentó que la gente se preguntaba porqué estaba el escenario vacío si él (Teófilo) no era un bailarín ni unperformero, sino un actor que iba a hacer un monólogo, resulta claro porqué el escenario estaba vacío. Primero que nada, no se necesitaba nada más, una mayor presencia de escenografía hubiera sidomás que una distracción del despliegue histriónico que estaba por venir. Con la toallita pa limpiarse el sudor y la medallita como utiliería bastaba, después de todo, Papo no se cansa de recordarnos queaquí hay vejiga pa rato.
Segundo, quizás Teófilo, el actor, no es bailarín ni performero, pero Papo Impala sí que lo es. Y me perdonan la cursilería pero el actor se entrega completamente al...
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