Valle -inclàn - sonatas

BICC, XI, 1955-56 ALONSO ZAMORA VICENTE,

RESEÑA DE LIBROS

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Las Sonatas de Valle Inclán. (Biblioteca Románica Hispánica, Estudios y Ensayos, 20). Madrid, Editorial Gredos, 1955. 198 págs.

Mediado el año de 1902 apareció en las librerías madrileñas, con la firma ya por entonces ilustre de don Ramón del Valle Inclán y con el título de Sonata de Otoño — título quizá más apropiado paraun libro de versos que para un relato en prosa — una novela breve que, completada en los años inmediatamente posteriores con tres nuevas Sonatas (la de Estío en 1903, la de Primavera en 1904 y la de Invierno en 1905) vino al fin a formar, con leves agregados y puesta en su sitio en el orden cronológico de las estaciones, la obra completa que agrupa las cuatro Sonatas con el nombre común deMemorias del Marqués de Bradomín. Aunque no son tales Memorias ni el mejor ni el más representativo de los libros del "gran don Ramón de las barbas de chivo", se presentan ellas como un todo absolutamente armónico, como un conjunto plenamente articulado, como un gajo maravilloso que podría seguir creciendo aun separado del tronco genitor: tanta es su savia propia. Y, sin embargo, bien estudiado elasunto, las cuatro Sonatas no solamente presentan cuatro caminos diferentes para idéntico punto de llegada, y no solamente señalan un momento definitivo en la evolución artística de su autor, sino que constituyen también — por su mágica orfebrería verbal — el más bello ejemplo de aquella prosa modernista que puso en boga el genial poeta de la Sonatina y de la Sinfonía en gris mayor. Así lo comprendió elnotable crítico Alonso Zamora Vicente, quien profundamente encariñado con el tema, logró a fuerza de adiciones y amplificaciones, convertir en todo un volumen de la Biblioteca Románica Hispánica lo que sólo fue un breve ensayo, publicado en 1946 en el Boletín de la Real Academia Española con el título de El modernismo en la Sonata de Primavera. Examinando a conciencia el libro de Zamora Vicentese ve con mt: ridiana claridad que, aunque el autor no lo dice, tan interesante obra se halla ideológicamente dividida en tres partes: En la primera de ellas —base de muchos puntos contenidos en las otras — penetra Zamora Vicente en un profundo análisis del Marqués de Bradomín, con el objeto de conocer a ciencia cierta los rasgos fundamentales de la complicada idiosincrasia del personaje. Yencuentra que tales rasgos son los siguientes: donjuanismo, ya que el famoso Marqués se ve a cada instante en verdadero trance de erotismo, de un erotismo razonador y hasta pedante que le permite — no obstante ser feo, católico y sentimental — mantener sometidos y vigilados a todos los donjuanes de la literatura; a r i s t o c r a c i a , toda vez que el refinado Bradomín — quien es, a más de marqués yde guardia noble, persona de la absoluta confianza del Papa— hace continuas ostentaciones de
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THESAURUS. Tomo XI. Núms. 1, 2 y 3 (1955,1956). Nicolás Bayona Posada, reseña a ...

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señorío y hasta de monomanía nobiliaria; r e l i g i o s i d a d , pero no aquella austera y pura, que nace como una azucena de lo más íntimo, sino esa otra —deporte de exquisito refinamiento — que, sustancialmente ornamental y decorativa, busca en el cristianismo tan sólo la lucha dramática entre Jesucristo y Satanás para rendirse al fin, en el subyugamiento de una estética sombría, a la quintaesenciada sensualidad y a la perversidad heroica que emanan de la figura del Rebelde; s u p e r st i c i ón, dado el hecho de que Bradomín, al fin y al cabo español,vive pendiente de esos poderes mágicos y ocultos, que atraen las almas con sus poderes escalofriantes y con sus eternas e incontestadas preguntas; c o s m o p o l i t i s m o , habida cuenta de que el Marqués — aun conservando siempre el orgullo de buen español — recorre países tan distantes uno de otro como Italia y Méjico, desde los cuales añora muchos otros por los cuales anduvo o anhela...