Banalidad del yo
16/06/2015
Banalidad del “Yo”
Banal, ¿qué es esto? Y más importante, ¿cómo se relaciona con nosotros? Si buscamos una definición técnica de la palabra nos dirán que es algo intranscendente, vulgar, de poca importancia, algo que no tomamos en cuenta y en este caso ese ‘algo’ es el ‘yo’, nuestra esencia, cada uno de nosotros; tanto el ‘yo’ que está escribiendo, como el ‘yo’ queleerá este texto en un futuro pronto. Puede que la idea suene confusa, pero con el ‘yo’ me quiero referir a cada uno de nosotros de manera individual, no como el ‘otro’ que es ajeno a ‘mi’, ya que con la ‘Banalidad del “Yo”’ haré referencia al individuo como él mismo, no como parte de un grupo ni de una sociedad.
“Yo”, suena personal y único, parece que se relaciona con uno mismo, mas no con el‘otro’, incluso nos hace creer que el ‘yo’ es algo aparte, únicamente ‘mío’ ¿pero acaso esto es cierto? Lastimosamente no. Al nacer lo primero que vemos no es el mundo en si; nuestro primer contacto no es con las plantas, no es con los animales, ni siquiera vemos el entorno que nos rodea, vemos a la humanidad, a las personas; vemos a un doctor, a nuestra madre, padre, familia, etcétera, vemos a esasociedad, ya planteada, que nos acompañará el resto de nuestras vidas, lo queramos o no. A esa misma sociedad que nos dirá cómo actuar, qué pensar, como volvernos parte de ella para así ganar su aceptación. Este grupo de personas que forma nuestra sociedad, es el que nos dirá qué está bien y qué está mal, qué debemos evitar y qué debemos aceptar, todo para beneficiarnos y ayudarnos a tener una calidadde vida plena y agradable, pero a la pregunta a la cual quiero llegar es ¿qué pasa cuando la sociedad nos va guiando, desde el segundo en el que nacemos? Bajo mi criterio, al ser básicamente obligados a seguir estas leyes, una manera exacta de comportarnos e incluso un canon de belleza ya planteado, perdemos la esencia del ‘yo’, perdemos la individualidad y nuestra libertad de hacer y pensar lo quequeramos. Es verdad que estas reglas nos ayudan a mantener una sociedad relativamente estable, pero también nos restringen y no nos dejan formar a nuestro propio ‘yo’.
Seguimos lo que se nos indica, sin cuestionar, sin analizar el efecto que tendrá, ya sea en nosotros o en otros, lo cuál aumenta las posibilidades de causarle daño a quienes se encuentran a nuestro alrededor: “El mal más grandepuede ser cometido por cualquiera y que para hacerlo no es necesario nungún motivo(…)” (Von Trotta, 2013). Como individuos deberíamos plantearnos las siguientes preguntas: ¿Qué hacemos en el momento en el que nos levantamos? En mi caso y en el de muchos, voy al colegio; ocho horas diarias, cinco de siete días a la semana, diez de los doce meses existentes y ha sido así durante doce anosconsecutivos, en otras palabras, sigo una rutina sin preguntarme el por qué. ¿Qué planes tenemos para cada una de nuestras vidas? La mayoría responderá: graduarme, ir a la universidad, conseguir un trabajo estable y formar una familia, nuevamente, siguiendo una rutina sin preguntarse el por qué. Lo interesante es que los ejemplos dichos anteriormente se relacionarán probablemente con la mayor parte de laspersonas que lean este texto y aquí es cuando viene la pregunta que nadie se toma el tiempo para hacer: ¿Por qué? ¿Por qué estas respuestas son tan generales pero ‘personales’ al mismo tiempo? ¿Por qué la mayoría de las personas responderán lo mismo? ¿Por qué nadie se toma la molestia de detenerse y preguntarse por qué hace las cosas? Y la respuesta es sencilla: porque la sociedad lo quiere así.Vivimos en un mundo en el que si efectuamos una acción que no es aceptada por el resto, dejando de lado si es moralmente correcta o no (eso varía del criterio de cada persona), somos vistos de una manera negativa, como alguien raro o anormal; nos enfrentamos a esta sensación que es desagradable, que nos deteriora poco a poco, aunque muchos no quieran admitirlo. El miedo a esta sensación de...
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