La felicidad
“Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.” (Biblia de Jerusalén. San Marcos. Cap. 7 v15).
Al inicio de la Ética aristotélica, primero que todo se nos invita a considerar el hecho de que “…toda actividad propiamente humanatiene su propio fin” (Aristóteles. Ética Nicomáquea. 1094 a 1-9) y por tal existe una multiplicidad de fines ya que son muchas las actividades humanas que pueden realizarse. Aristóteles asegura que como “todo tiende a algún bien” (Ibíd. 1094 a Pág. 131), por ello, a toda actividad que le corresponde un fin, igualmente le corresponde un bien y es más importante éste que el mismo medio conque se consigue, pues se tiene como lo más bueno además de lo mejor. De manera similar, si son muchos los fines posibles a los que tiende toda actividad humana, serán muchos los bienes que puedan darse en las diferentes actividades propias del hombre.
Los fines de las actividades humanas son múltiples: se buscan, se tiende hacia la salud, las riquezas, el honor, etc.; son fines relativos,como, por ejemplo, sacar buenas notas, ¿para qué?; para obtener un título, una carrera, y finalmente encontrar un trabajo, ¿para qué?, para ganar un salario que me permita vivir dignamente, mantener a mi familia, etc. En otras palabreas, podríamos considerar que en toda acción humana hay una subordinación secuencial de fines. Todo lo que hago siempre estará inclinado u orientado a un finulterior, al cual podré acceder mediante la conquista de los diferentes fines que se encuentran subordinados al fin ulterior.
Ante toda esa multitud de fines y bienes, existe un fin o bien en sí mismo, que es la causa de que todos aquellos sean fines y bienes, “…un fin o bien deseado por sí mismo y no subordinado a otro fin como medio” (Ibíd. I, 7, 1097, a, 30) ya que aquel fin ulterior o biensupremo es autosuficiente y buscado por sí misma y nunca como medio para otra cosa.
Acerca de este bien supremo o perfecto entre todos los que pueda realizarse, sobre su nombre “casi todo el mundo está de acuerdo, pues tanto el vulgo como los cultos dicen que es felicidad” (Ibíd. 1095 a.)
Aristóteles pone varios ejemplos de cómo, los hombres entienden esa felicidad propia de seres humanosy distingue tres tipos de vida, “el vulgo; la política; la contemplativa” (Ibíd. I, 5, 1095 b) y partiendo de los diversos géneros de vida, es como los hombres suelen entender el bien supremo o felicidad.
El hombre vulgo cree que la felicidad consiste únicamente en los placeres, y en la vida voluptuosa; aunque recordemos que igualmente Aristóteles se refiere al placer como “algo que perteneceal alma” (Ibíd. I, 8, 1098 a) y es por esto que cada uno siente placer al hacer lo que más le gusta o lo que mas le agrada, pero quede claro que la felicidad no puede consistir únicamente en la satisfacción de todos los placeres, ya que no todos los placeres pueden ser buenos o benéficos para nuestra vida.
El hombre político cree que la felicidad consiste en recibir honores, y es por esto queeste fin “es más superficial que lo que buscamos, ya que parece radicar más en los que conceden los honores que en el honrado…” y anteriormente ya hemos dicho que el bien perfecto es algo propio y difícil de arrebatar, como nos pueden arrebatar los honores.
En la a vida contemplativa es donde radica la felicidad suprema, la cual tiene por objeto “las realidades más sublimes” (Ibíd. I, 7, 1097a) y cuando la poseemos, la felicidad, nos hacemos independientes, porque “poseemos todo lo necesario para nuestra felicidad” (Ibíd. I, 7, 1097 b). El hombre contemplativo; este último lo explica en el libro X de su Ética: “el Hombre feliz de verdad es el que dedica su actividad al pensamiento porque el acto de pensar tiene algo de divino o en todo caso es lo más divino que hay en el Hombre”...
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