Antropología Filosófica
La Crisis en el conocimiento del Hombre.
Aristoteles: todo conocimiento tiene su origen en una básica tendencia de la naturaleza
humana, que se manifiesta en las acciones y reacciones más elementales del hombre. El
ámbito entero de la vida de los sentidos se haya determinado e impregnado por esta
tendencia: “ Todos los hombres desean por naturaleza conocer. Una prueba de ella la tenemos en el
goce que nos proporcionan los sentidos; porque aparte de su utilidad, son queridos por sí
mismos, y por encima de todos el de la vista. Porque no sólo cuando tratamos de hacer algo
sino también en la ociosidad preferimos el ver a cualquier otra cosa. La razón está en este sentido, más que ningún otro, nos hace conocer y trae a luz muchas diferencias entre las
cosas”.
Platón: La vida de los sentidos se halla separada de la vida del intelecto por un abismo. El
conocimiento y la verdad pertenecen a un orden trascendental, el reino de las ideas puras y
eternas.
Según Aristóteles, en ambos reinos encontramos la misma continuidad ininterrumpida. En la
naturaleza, lo mismo que en el conocimiento humano, las formas superiores se desarrollan a partir de las inferiores. Percepción sensible, memoria, experiencia, imaginación y razón se
hallan ligadas entre sí por un vínculo común; no son sino etapas diferentes y expresiones
diversas de una y la misma actividad fundamental, que alcanza su perfección suprema en el
hombre, pero en que la de algún modo participan los animales y todas las formas de la vida
orgánica. Heráclito: se halla en la frontera entre el pensamiento cosmológico y el antropológico;
aunque sigue hablando como un filósofo natural y pertenece al grupo de los antiguos
filósofos, está convencido de que no se puede penetrar en el secreto de la naturaleza sin
haber estudiado antes el secreto del hombre. Tenemos que cumplir con la exigencia de la autorreflexión si queremos aprender la realidad y entender su sentido; por eso le fue posible
a Heráclito caracterizar su filosofía en “ Me he buscado a mi mismo”.
Sócrates: Qué es el hombre? sostiene y defiende siempre el ideal de una verdad objetiva,
absoluta, universal, pero el único universo que conoce y al cual se refieren todas sus
indagaciones es el universo del hombre. Su filosofía es estrictamente antropológica. Nos ofrece un análisis detallado y meticuloso de las diversas cualidades y virtudes
humanas. Pretende determinar la naturaleza en estas cualidades y definirlas: bondad,
justicia, templanza, valor y así sucesivamente, pero nunca da una definición de hombre.
Si describimos las cosas físicas en los términos de sus propiedades objetivas, al hombre
sólo se puede describir y definir en términos de su conciencia. La observación empírica y el análisis lógico es inadecuado porque solo con el trato con los
seres humanos podemos penetrar en el carácter del hombre. Sólo por el método dialéctico
podemos acercarnos al conocimiento de la naturaleza humana.
Tenemos la nueva respuesta, indirecta, a la pregunta Qué es el hombre?: Se dice que es
una criatura constantemente en busca de sí misma, que en todo momento de su existencia tiene que examinar y hacer el escrutinio de las condiciones de la misma. En este escrutinio,
en esta actitud crítica respecto de la vida humana radica el valor de esta vida.
“ Una vida no examinada no vale la pena vivirla”. Define al hombre como aquel ser que, si
se le hace una pregunta racional puede dar una respuesta racional.
Sócrates y Marco Aurelio coinciden en que para encontrar la naturaleza o esencia del hombre exigen la remoción previa de todos los rasgos externos y accidentales de su ser.
● Lo que al hombre le viene de afuera es nulo
● Su esencia no depende de las circunstancias externas; depende del valor que se le
preste a sí mismo.
● Lo único que le importa es la actitud interna del alma, que no puede ser perturbado.
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