Cuento y poesía

LO UNICO BUENO
El fresco de la noche se disipó bruscamente, dando paso a una humedad agobiante que sacaba el sudor desde lo mas profundo de la piel. Las sombras se diluyeron y las formas de los árboles formaron un tupido cerco alrrededor del claro donde se encontraba el campamento.
Los hombres no salían del sueño mezclado con ronquidos hasta que oyeron el vozarrón del capataz. Abrieronlos ojos con lentitud, con desconfianza, como si temieran ver algo desagradable y después de bostezos y estirones se fueron levantando, despacito, con un crujir de coyunturas y el aliento maloliente.
Comenzaba apenas el tercer día de trabajo y ya sentìan un enorme cansancio. Nadie estaba seguro de poder aguantar.
Lacho estaba fuera de lugar en ese grupo. De 26 años cumplidos, aparentaba sermayor. Era mas bien corpulento y sobresalìa por su estatura poco común. Lo bautizaro Lazaro de Jesus Barrientos Juarez en una familia humilde y trabajadora donde siempre se bendecía el pan y se estimulaba la honradez. Estubo cerca de graduarse de maestro pero la muerte prematura de sus padres lo obligò a abandonar los estudios y a buscar trabajo. Fuè, lustrador de zapatos, jornalero, ayudantede camioneta, ayudante de albañil, despachador de gasolina, aprendiz de carpintero. No le gustaban los trabajos de oficina poprque no soportaba la falta de actividad física. Duraba poco tiempo en cada ocupación porque mantenía una constante inquietud que le robaba la tranquilidad. El ùnico trabajo que recordaba con cariño era el de conserje de una casa de misioneros catòlicos Canadienses que seinstalaron en una casona antigua en la orilla norte del lago. Curas y monjas que prestaban servicios mèdicos a los pobladores y se hicieron cargo de atender la parroquia abandonada durante varios años. El trabajo era duro y de largas horas, pero sentía el aprecio de la gente y la satisfacción de participar en una labor que beneficiaba a la gente de los alrededores. Se sentía como parte del grupo yel trato era cordial y humano.
Una de las monjas notó que Lacho tenía una diposición natural para los idiomas y se tomó el tiempo para enseñarle Ingles. En poco tiempo aprendió a comunicarse con los extranjeros en su propio idioma y podía leer las instrucciones en los paquetes con medicinas y alimentos que llegaban a la misión todos los meses.
Cuando la guerra se extendió a la región, losmisioneros recibieron ordenes de regresar a su país y Lacho se quedó nuevamente sin trabajo. Sé sintió muy triste cuando el grupo abandonó la casona. Le encargaron que limpiara y entregara las llaves al dueño. En uno de los cuartos del fondo encontró una caja de madera llena de paja y cuando la vació para ponerla en la basura, cayó un objeto en forma de pera, de color verde. Lacho lo recogió, ynotó un numero y un letrero que decía US Army- Hand Granade. Cuando sé dió cuenta de su hallazgo penso que si la entregaba lo acusarían de subversivo y si la dejaba abandonada, podría caer en manos de niños o de irresponsables, asi que decidió guardarla y no decir nada. Desde entonces la llevaba a todas partes encondida en el fondo de su mochila.
Volvió a peregrinar de pueblo en pueblo, desesperado,intranquilo, inseguro.
A ratos Lacho dudaba que alguna vez fuera a encontrar la paz interior que tanto anhelaba. Le preocupaba el futuro, no solo su futuro sino el de todos y principalmente el de la gente de su edad que estaba sujeta a influencias que los arrastraban con frecuencia al alcoholismo o a las drogas. Jovenes que fueron afectados en forma directa o indirecta por la guerra. Siemprepensaba que debía hacer algo para ayudar a esas vìctimas de la ambiciòn y la avaricia de los traficantes.
Esta vez, lo engancharon cuando vagaba entre las ventas instaladas alrrededor del parque de San Benito durante los dìas de la feria. Llegò a ese pueblo para trabajar como "sacabolos" de una cantina, pero el trabajo lo decepcionó desde la primera noche. El olor a cerveza rancia y a orina...