derecho romano

TRATADO ELEMENTAL DE DERECHO ROMANO
PRÓLOGO
A LA EDICIÓN ESPAÑOLA
este Jibro de texto ha tenido entre sus similares una rara fortuna, como lo cohonestan sus múltiples ediciones en mu breve periodo. Su adopción en nuestra Facultad de Derecho es coetánea de una mu­danza radical en los programas de enseñanza del Derecho Romano. Este curso, que se limitaba a explicar el derecho en la épocade Justi-niano, esto es, terminado el período de su evolución, encarado de golpe en sus formas perfectas (de ahí el nombre de «Curso de Institutas», «Curso de Pandectas», que ostentaban los clásicos manuales), se estudió luego como un derecho histórico, siguiéndole en las varias fases de su desarrollo, en un período trece veces secular, en que las más variadas civilizaciones se mezclaron ycolaboraron armónicamente para que el derecho de Roma, en sus comienzos estrecho y exeiuyente, adquiriera luego el vigor de un derecho universal-, cuyos efectos aun duran y per­durarán, no cabe duda, ea el derecho de las civilizaciones modernas.
Es verdad que después de la redacción del actual Código Civil Ale­mán* el Derecho Romano desapareció como legislación vigente; no es, con todo, un derechomuerto; trocóse sencillamente en un derecho his­tórico, consagrado por los tiempos, que permanece como fuente del derecho actual. En este mismo código precitado, cuyas alabanzas en­tonan los modernos civilistas, librada la batalla entre el «Pandenten-reeht» y el «Deutsches Privatrecht*, no está probado que este ultimo triunfara en la contienda (1). Y porque es un derecho histórico requiere serestudiado con un criterio histórico antes que dogmático. Es lo que aconteció en Francia después de la codificación de 18&4, cuando el estu­dio exegético de las compilaciones de Justiniano se ««invirtió paulati­namente, sin reforma oficial, por la sola iniciativa de los profesores, en un curso de historia de la legislación romana (2).
Pero esta nueva metodología, antes que debilitar, vigorizó el estu­diodel derecho romano. La propia literatura jurldicm fluderna pareció colaborar en esta feliz iniciativa de rejuvenecer las instituciones de Roma, aplicándoles el espíritu crítico y sagaz de los nuevos tiempos y mediante el aporte de abundantísimo material de estudio que hizo posible una más grande penetración y hondo cx>aociniicnto de las pasa­das civilizaciones. Y estas experiencias del pasado,contempladas a la
(1) Léase en Lambert, Foncíion du Drott Ciml comparé, k» ataquen de los gerro*-jüstas contra la influencia persistente del derecho romano en el nuevo Código, a despecho de toda consideración nacionalista. Pag. 89 y
(2) El mismo autor. Op. et loe. clt.
8 BEaECaO aOMAM»
luz de la ciencia mwéaam, «rain» a te wz ^aa nttjar cowmreodidas,efi­cacísimas para sustentar Inv mmem&^cmmArmuiHmgs del «erecto.
en la «introducá^»* ée «i mtátotwmM J^ummssJtmHumét «faf Derecho Ro-
menos leído que «tsw joriuuipw j ....... 'a minia está en que «ünaa faoitcs
»pasaMÉn traimi, P«r te mam fimnomía siempre rane^aw. En el
9€wrm>mÉnaurí[éiK mas r ;..^.. -i ^"g^fc *° nuevo se reüeja sobre el pasa-
,,jmm 'm^jfjgsaiia^ ammmt^^tgimJiímwumrtmjm de los siglos desaparecidos» (1).
JBn H» aawoiHB¡ ífofflfltta. AeoÉkiertas y, sobre todo, en la evolución áiril giiiiiiiiiMiiBiMÉIi) mm IBanÜaf «i pragreso de las ciencias históricas. Pero
«ia «Í mmÉmm par >Andli laHlaaclen las civilizaciones modernas. Una •Phaa Jiaaiiijaiiiai «Ir ubi afr"""*1^ ei hallazgo siempre creciente de los pa-pÉrim iffliii rgipia iraiiiiMiiiiroi muí lan ntr inagotablede renovadas enseñanzas caí d caanpwf «u Jb«myitM. iMBUtndones loadas por nuevas en la doctrina, f qpae iarJana pnm jjaapaaeffse en la codificación de los pueblos más "Mtoiaiititrtai» jqpmwnm iLiaaiiiiliiidas en las ruinas venerables de épocas
JEstas iiritilanuMaLi Bvaarpeii a Ja vida por obra de los hombres doctos qw roüfiaMiei^ en m aasaao sentimiento, su fervor por la ciencia nueva y el...