Economía
El valor de esa denominación es puramente histórico, y se funda en el hecho de haber llamado Jenofonte Economíaó Económicos á un libro en que se ocupaba principalmente de la gestión de los asuntos domésticos.
La mayor parte de los economistas, reconociendo los graves males que produce á la ciencia, y la confusión que introduce en ella ese titulo arbitrario que, en vez de mostrar, oculta su contenido, han intentado remediarlos, unos buscando nombres nuevos, y tratando otros de corregir y enmendar laimpropiedad del antiguo, por medio de calificativos que ampIiasen la significación original del sustantivo Economía; pero estos esfuerzos han resultado inútiles y aún contraproducentes: las denominaciones propuestas, en número de más de veinte, responden todas á la manera particular de concebir la ciencia que tenían sus autores, y así han pretendido que se llame Crematística--ciencia de lariqueza—Cataláctica, —ciencia del cambio,— Ponología — ciencia del trabajo, etc., sin conseguir una fórmula exacta ó que por lo menos fuese aceptada: por su parte, los que preferían una adición han hecho nombres compuestos menos afortunados todavía y han apellidado á la ciencia: Economía pública, nacional, política, etc., aumentando las dificultades y complicando en vez de simplificar la nomenclatura. Ya se hadesistido, sin embargo, de nuevas invenciones y se ha comprendido que es vana tarea la de buscar nombre adecuado para un objeto cuya naturaleza no es aún bien conocida: cuando se logre determinar de un modo concluyente el asunto propio de la ciencia económica, y sea por todos visto del mismo modo, fácil será acordar un título que le convenga, si es que aún entonces, no se cree preferible respetarla tradición; entre tanto, lo mejor es atenerse á ella y aceptar, con las salvedades necesarias y fijando su sentido, el nombre que empló Jenofonte y ha consagrado la historia.
Estas consideraciones serian bastantes para desechar la denominación de Economía política, que es admitida generalmente por los escritores franceses y españoles, si no tuviéramos otras más fundamentales que hacer en contrade ella: designando así á la ciencia, se alimenta el error de aquellos que la atribuyen un carácter esencialmente público ó social, y se comete, además, la impropiedad de calificar al todo por lo que conviene una sola de las partes. Político quiere decir lo que se refiere al Estado y si bien es cierto que la ciencia estudia la vida económica de los Gobiernos, no se ocupa de ella primera yexclusivamente, sino mirándola como una de tantas manifestaciones ó esferas de la actividad en ese orden: por eso, si hay una Economía que es y debe llamarse política -la que comunmente se dice ciencia de la Hacienda pública—habrá que distinguir de igual manera otra que será individual, familiar, etc., por razón de la persona ó sujeto que considera, y será también preciso reconocer que, sobre todas estasmanifestaciones ó aspectos especiales, hay algo común que expresa su unidad, está lo económico en sí mismo, en sus leyes generales, que es lo fundamental y más interesante del asunto.
De suerte que Economía es la denominación propia de la ciencia total, y aceptándola como genérica estamos en aptitud de modificarla luego para calificar todas las variedades que ofrece lo económico, ya por...
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