Educación, Reforma y Marginación

Educación, reforma y marginación

Juan Manuel Esteve Zarazaga
Reflexión sobre los objetivos básicos de la Reforma educativa. Tras conseguirse la reforma cuantitativa con la escolarización total de los niños españoles, se señala la conveniencia de afrontar una reforma cualitativa. Se considera que por primera vez en la historia es nece-sario atender con criterios de calidad a las poblaciones deniños marginales que se han incorporado al sistema educativo. Esto implica un cambio en la labor del profesor.
 
 
&laqno;Todos los hombres viven en la historia, pero muchos no lo saben. Otros saben que su tiempo será históri-co, pero no lo viven como tal.» (J. Ortega y Gasset. Introducción al libro de Guillermo Dilthey: Teorías de las concepciones del mundo.)
En 1989, a punto de abrir unanueva década, que cierra siglo y milenio, nuestro país se enfrenta a una nueva reforma de su sistema de enseñanza. La Reforma es necesaria y oportuna. Pero, desde mi punto de vista, se plantea en un momento de auténtico desencanto, en el que, al menos aparentemente, la crítica al Sistema de Enseñanza por parte de los agentes sociales y la desmoralización de los agentes educativos dominan un panoramaque hace contemplar la Reforma con más escepticismo que entusiasmo. Coinciden los tiempos con ese fenómeno que se ha dado en llamar el ocaso de las ideologías: una especie de cansancio generalizado para defender ideales y nuevas metas, que asumidos colectivamente, lleven a los hombres a actuar en torno a objetivos comunes, en líneas de acción convergentes, que produzcan una mayor cohesión social.Individualismo y pasotismo parecen, por contra, las consignas básicas del hombre contemporáneo, más inclinado a la crítica sistemática de todo el que se mueva -no importa en qué dirección- que a participar activa-mente en una línea de acción a la que siempre es posible acusar de incoherencias desde una hermosa poltrona intelectual.
 
CRISIS DE LA ESCUELA Y NECESIDAD DE LA REFORMA
Las críticasal Sistema de Enseñanza surgen desde las más variadas posiciones ideológicas. Esgrimen las cifras de fracaso escolar. Las deficiencias, que sin duda son muchas, de nuestro sistema escolar: falta de locales adecuados, escasez de material, abandonado en la política de formación del profesorado, etc. En el artículo: &laqno;La imagen de los profesores en los medios de comunicación social», y en ellibro: Profeso-res en conflicto, he defendido la tésis del predominio de esta imagen conflictiva de la enseñanza, y he señalado los efectos negativos que está produciendo sobre la moral de los cuerpos de profesores, a los que, a menudo, se quiere convertir en los responsables universales de dichas deficiencias. Aunque, paradójicamente, son en muchas ocasio-nes sus primeras víctimas. En cualquiercaso, parece que estamos bastante lejos de un consenso social sobre la educación. E, igualmen-te, mucho más lejos todavía de las épocas en que la sociedad miraba unánimemente hacia la educación como la máxima esperanza de un futuro mejor, pensando que sería mediante la escuela cómo la cultura y el progreso abrirían la senda de las nuevas generaciones.
¿Debe predominar en nuestra visión de futuro ladesesperanza? ¿Debemos contemplar con escepticismo los intentos de reforma, como algo naturalmente abocado a un nuevo fracaso? ¿Nuestro sistema de Enseñanza es hoy peor, con menores niveles de calidad, que hace unos años?. He comenzado afirmando que la Reforma me parece necesaria y oportuna. Intentaré ahora fundamentar esta afirmación en un elemental análisis histórico. La presentación del nuevoProyecto de Reforma cierra un período histórico de veinte años. Este es, exacta-mente, el tiempo transcurrido desde el anterior proyecto, plasmado en la Ley General de Educación de 1970. ¿Cómo se ha transformado el sistema educativo español en los últimos veinte años? ¿Qué significación podemos atribuir, desde el punto de vista educativo, a este período que ahora se cierra?
 
DE LO CUANTITATIVO...