Educación

VIII La política educativa como estrategia de inclusión social
Héctor A. Navarro Díaz
Las últimas décadas han sido testigo de un amplio proceso de discusión, análisis,
propuestas y acciones, vinculado al enorme problema de los crecientes niveles de
pobreza, marginalidad e injusticia presentes en nuestras sociedades para las
cuales, aun en aquellas que parecían ser inmunes a la violenciasocial, se han
producido en los últimos tiempos hechos que un par de décadas atrás eran
simplemente impensables. Las protestas, con importantes componentes étnicos y
sociales, que se produjeron hace apenas unas pocas semanas en muy
importantes ciudades europeas, de alguna manera constituyen un indicador muy
contundente de que algo anda mal. Es decir que, después de lo que se ha
avanzado enmateria de integración en la Comunidad Europea, la
“mundialización”, fenómeno a nuestro criterio irreversible, pareciera estar trayendo
a sus comunidades más problemas que soluciones, o al menos podríamos decir
que se observa una simultaneidad que debería llamarnos a la reflexión en cuanto
a los incrementos de los niveles de conflictividad social.
En América la situación no es mejor. Con muy pocasexcepciones la conflictividad
social ha experimentado trascendentales incrementos en los últimos años y no
pareciera existir voluntad política para ir a la raíz de los problemas que no es otra
que un crecimiento sostenido en los niveles de insatisfacción de las mayorías de
seres humanos que habitan nuestra región. Los intentos de integración, por la vía
del comercio, liberación de losmercados, flexibilización laboral, no parecen haber
contribuido a solucionar, ni siquiera a paliar tal insatisfacción sino que, muy por el
contrario, parecieran haber contribuido definitivamente a incrementarla. La
humanidad está transitando peligrosamente una ruta de colisión. Una ruta al
desastre que se relaciona con el consumo acelerado (léase también destrucción)
del patrimonio natural quepertenece a TODA la humanidad, no sólo a los que
formamos parte de esta generación sino también a las generaciones futuras.
El elemento común a los problemas mencionados, el pivote de todos ellos, es la
existencia de un sistema de relaciones entre los seres humanos y entre éstos y la
naturaleza, basado en la exclusión y no en la inclusión, vale decir basado en la
injusticia y no en la justicia.Tal sistema, como integral que es, se da tanto en el
ámbito económico como en el político y social. Se da en las relaciones
intrafamiliares, en las comunidades y, obviamente también en los niveles
nacionales e internacionales. Existe una matriz de opinión, afortunadamente en
declive, según la cual tal sistema pudiera ser sostenido en el tiempo por la fuerza,
incluso por un largo lapso, casiindefinidamente, a partir de la existencia real de un
imperio hegemónico global. Sin embargo, la realidad nos dice que tal cosa es
físicamente imposible: justamente porque el rumbo de colisión mencionado en
materia ambiental es inseparable del conjunto de valores y creencias y del sistema
educativo represivo que es esencial para el desarrollo y mantenimiento del imperio,
proceso quecalificaremos de globalización.
Dado lo anterior, a partir de estadísticas nacionales e internacionales,
especialmente del continente americano, se define en este trabajo una estrategia
de inclusión que usa como herramienta fundamental la educación en todos sus
niveles.
Definiendo la exclusión
El Pequeño Larousse Ilustrado define excluir como “Quitar o echar a una persona
de una sociedad o reunión”.Cuando se habla de exclusión social, obviamente el
término cambia de escala y se extiende a lo que ocurre con grandes sectores de
una sociedad o grandes sectores de la raza humana, a los cuales se les quita o se
les margina de los beneficios generales que les corresponden por ser miembros
de la especie. Estos beneficios se refieren no sólo a aquellos que se derivan de la
pertenencia a algún...