El Hombre Que Perdió Su Imagen

EL HOMBRE QUE PERDIÓ SU IMAGEN.

Capítulo 1.

Taziz era pobre. Él no tenía la culpa de serlo, nadie tiene la culpa de ser pobre o rico, especialmente cuando ya se nace así. Lo más curioso e insólito, ni siquiera lo sabía. Así que Taziz era un chico feliz. Vivía en lo alto de las montañas, cuidando sus escasos rebaños, sin necesitar otra cosa que no fuera su libertad.A veces se sentía solo y se preguntaba que sería lo contrario a la soledad. Se consolaba pensando que ojos que no ven, corazón que no siente. Algún día… algún día bajaré a la ciudad y conoceré otras gentes. Entonces… ese pensamiento lo consolaba, lo veía algo lejano y distante. Taziz tenía en sus manos todo el tiempo del mundo.

Se negaba a pensar, y muchosmenos a creer, que en el fondo tuviese miedo de la gente, de otros seres humanos como él. Sus padres le habían hablado con frecuencia de los hombres. Siempre peleando entre ellos, son tacaños, egoístas, envidiosos. Todos luchan por tener cosas y cuando las consiguen, quieren más, porque nunca se conforman. Y para obtener esas cosas son capaces de robar, matar…En la ciudad nadie se conoce,cierran puertas y ventanas por miedo al vecino.

Sus padres, Amuz y Glaia, habían vivido siempre en aquella misma cabaña de la montaña, que ahora ocupaba Taziz. Estarían todavía con él de no haber sido por aquel rayo, corrían desde un sembrado lejano para refugiarse en la cabaña y el rayo les alcanzó. En los ojos y la memoria de Taziz, aquel fue un momento duro y amargo, inolvidable, terrible.Tenía entonces catorce años, y ya habían transcurrido cinco primaveras desde tan desdichado día. Cinco años de silencio y soledad.

Recordaba la voz de su padre diciendo: -En tu mayoría de edad te llevaré a la ciudad. Es necesario que conozcas el mundo, lo bueno y lo malo, para vivir en él. Algún día habrás de hallar en ese mundo a la esposa que te ame y a la que tú ames, la mujer que te déhijos y con la que llegues a la vejez. Su madre un día le señaló una flor, una rosa abierta al sol. –Así, será la muchacha de la cual te enamores. Verás en ella el reflejo de la luz y todos los colores del universo. A su momento, todo llega para el que sabe esperar. El maldito rayo fue el final, su futuro quedó cortado. Lo que su padre y su madre debían enseñarle y explicarle murió conellos.

Podía pasar el resto de su vida en las montañas, lejos de todo. Quizá se perdería de muchas cosas buenas, pero también se ahorraría las malas. Cada noche al acostarse murmuraba: -Mañana será otro día. Sabía cuando haría fr,o y cuando haría calor, cuando llovería y cuando habría tormenta, cuando sembrar y cuando recoger. Se levantaba con el sol, trabajaba sin descanso, araba, daba decomer a los animales, cortaba la leña por la noche, prendía la velas que le daban luz, y leía. ¡Oh, sí, leía!. Disponía de nueve libros, su mayor tesoro. Pertenecían a sus padres y con ellos aprendió a leer siendo niño, se los sabía de memoria, cuando terminaba el noveno volvía a iniciar la lectura del primero, en los libros había descubierto cosas hermosas. Solo por el hecho de obtener nuevoslibros valdría la pena bajar a la ciudad. –Mañana será otro día pensaba.

Capítulo 2.

Una tarde, Taziz se alarmó ya que el viento de las cumbres había cesado de golpe, el canto de los pájaros enmudeció, y del suelo brotaba una oleada de calor. Conocía muy bien estos signos, se avecinaba una tormenta. Y no era una tormenta cualquiera, se veían nubes, negras y cerradas que se dirigían haciaél. El rayo que mató a sus padres surgió de una de ellas.

Recogió sus cosas, Tazis corrió, cargado con sus utensilios, para alcanzar el abrigo protector de su cabaña. Llegó agotado y jadeante. La oscurida amenazaba con cubrirlo todo, y el viento silbaba ahora cada vez con mayor fuerza. Depositó las herramientas en el almacén y corrió de nuevo hacia los corrales para asegurarse de que...