Hoja

a obra de arte en la época de la narcoviolencia latinoamericana.
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Durante mi reciente viaje a Venezia quedé impresionado por la exposición Mapping the Studio (ver mi post en Digitalismo), sobre todo por las obras inspiradas en los delirios bélicos de George Bush en Medio Oriente. Hace una semana, durante mi viaje a México, tuve la posibilidad de entrar en contacto con otra realidadpolítica y artística: las expresiones estéticas que mapean la violencia del narcotráfico en América Latina.

Este particular viaje por la narcoviolencia comenzó durante mi visita al Instituto Cultural Cabañas en Guadalajara, donde junto a los históricos murales de José Clemente Orozco se exponían obras de Fernando Botero y Marcos Raya. Las pinturas y dibujos de Botero son muy recientes y estáninspirados en la violencia cotidiana colombiana, un país que ha marcado un paradigma en lo que a narcocultura (narcopolítica, narcoejército, narcoeconomía) se refiere.

Desconocía la obra de Marcos Raya. Me impresionó su explosiva combinación de técnicas (pintura, collage, fotos, instalaciones, esculturas, etc.) que en algunos casos lo acercan a los trabajos del censurado artista argentino León Ferrari.Por ejemplo ambos comparten una obsesión por la imagen de Cristo crucificado y recontextualizado. Cada obra de Raya es un disparo al corazón del poder -llámese Estado, Iglesia o burguesía- y no ahorra pólvora a la hora de denunciar la hipocresía de sus crímenes.

Antes de este viaje pensaba que la narcoviolencia en México se limitaba a la frontera norte (ahí donde el gobierno mandó sus tropas)y a la conocida masacre de mujeres en Ciudad Juárez. Me sorprendió descubrir que el poder de los narcos atraviesa todo el territorio mexicano de Norte a Sur. Eso se llama metástasis.
Cada día los diarios dan cuenta de decenas de víctimas -muchas de las cuales aparecen descuartizadas, decapitadas y arrojadas en tumbas colectivas- en el interior de sus páginas, en letra pequeña y sin resaltar. Lanarcoviolencia ya no es noticia, es parte del paisaje cotidiano de este país. Sólo algunos artistas se encargan de ponerla en evidencia.

Mi viaje por la narcoviolencia continuó en el Museo de Arte Moderno (MAM) de México DF, a pocos pasos del Museo de Antropología. Varias exposiciones temporales -desde el arte abstracto después de la Revolución hasta obras de jóvenes pintores que a golpe depinceladas nos cuentan lo que está pasando- fueron marcando mi recorrido. En cierta manera podría decirse que la violencia siempre ha dejado su huella en la iconografía popular y artística mexicana.

En el MAM la exposición Bella & Terca. Nueve argumentos sobre la pintura es una excelente muestra de las marcas que la narcoviolencia está dejando en las telas. Los artistas convocados por loscuradores Josefa Ortega y Osvaldo Sánchez son Fernando Aceves Humana, Franco Aceves Humana, Fernanda Brunet, Fernando García Correa, Gustavo Monroy, Manuel Monroy, Eric Pérez, Mario Rangel Faz, Omar Rodriguez-Graham. De todos ellos me impresionó la potencia de las imágenes de Gustavo Monroy, una de las cuales abre este post, y los cuerpos de Omar Rodriguez-Graham que dialogan a distancia con LucianFreud y Francis Bacon.

Como ya he dicho varias veces, el viejo arte analógico todavía consigue generar experiencias que el arte digital, a pesar de toda su parafernalia tecnológica, apenas alcanza a rozar. Como explica una de las curadoras, "a pesar de los múltiples obituarios que de la pintura se han pregonado, éste es un género que sigue vigente, y que ha sabido enunicar nuevas preguntas,reflexiones y argumentos. La práctica pictórica se ha mantenido agregando imaginarios y ‘complejizando’ a contracorriente su relación con lenguajes, medios y géneros de la comunicación mediática contemporánea; así como de la mirada ‘globalizante’ occidental."
. MASACRE
Se nombró un jurado extranjero para seleccionar a los participantes en un Salón de Artistas. Luego de la escogencia, el jurado dijo...