Inteligencia ecológica

Hace poco más de 30 años, el hombre dio el primer paso hacia lo que conocemos ahora como era tecnológica, la revolución industrial. Un tiempo inocente en el que los ingenieros industriales podían darse el lujo de ignorar los efectos ambientales que pudieron tener esos prácticos y novedosos productos y/o servicios. A cambio todos se hallaban inmersos en una comodidad, libres de cualquierpreocupación, completamente complacidos con beneficios como: electricidad generada a través de la combustión de carbón, en cantidades suficientes para durar siglos y siglos; plásticos baratos y maleables de un mar de petróleo de apariencia interminable; todo un tesoro de compuestos químicos. Nuestros antecesores no tenían idea de lo que estos “baratos y bien intencionados” productos y serviciosrepercutirían de manera alarmante el ambiente de los habitantes actuales.
Actualmente, por más increíble que se oiga, estos productos después de 30 años siguen siendo, si no iguales, de una composición muy parecida, y por supuesto, la mayoría de estos sin la más mínima consciencia ecológica en cuanto a sus efectos hostiles al ambiente en su extracción, producción, distribución, consumo y desecho. Espor eso que se ha confirmado que la única solución para equilibrar e incluso contrarrestar estos impactos ambientales es lo que se le conoce como “ecología industrial” en el ámbito industrial y la “Salud Ambiental” para equilibrar y contrarrestar los impactos ambientales en el ámbito meramente humano.
Daniel Goleman expresa los altos beneficios si la información con la que hoy cuentan estosingenieros ambientales y médicos ambientales, estuvieran al alcance de todo mundo: si se le enseñara a los niños en la escuela, si se pudiera tener un acceso más fácil al mismo por el internet, reducido a evaluaciones sencillas, resumidas y concisas fáciles de entender (Análisis de Ciclo de Vida o ACV) que vinieran con cada producto que estuviéramos apunto de comprar, esto lo llama Goleman como“trasparencia radical”. Esto obviamente combinado con una conciencia ambiental absoluta a nivel social, cambiaria drásticamente el curso actual de los datos sobre la evaluación del impacto ambiental, que desgraciadamente no son nada alentadores, e incluso me atrevería a decir que son alarmantes.
En su libro Goleman hace un recorrido en este ámbito ecológico desde el punto de vista comercial, científicoy social.
En el ámbito comercial, Goleman explica como el concepto de un producto “verde”, en su gran mayoría no es más que charlatanería y fantasía, estrategias de mercadotecnia para tergiversar la intención de fabricar algo ecológicamente amigable y volverlo simplemente una pantalla para aumentar sus ventas. Como por ejemplo: las playeras de 100% algodón orgánico que presumen ser “todo unmundo de diferencia”, pero en cuanto se someten a un ACV no resultan ser tan “verdes” como alardeaban. Lo “verde” que en realidad tienen es la ventaja de no uso de pesticidas en los cultivos de algodón, ya que tan sólo en cultivo de algodón es el responsable del 10% de uso de pesticidas en el mundo, conociendo los efectos adversos de estos pesticidas no cabe duda de las ventajas ecológicas que poseeeste algodón orgánico. Ahora pasemos con lo negativo, se necesitan alrededor de 10,000 litros de agua para cultivar el algodón necesario para fabricar una de estas camisetas. El Mar Aral es ahora un desierto gracias a estos cultivos de algodón. Otro aspecto negativo es que para lograr que estas camisetas obtengan un color se necesitan de químicos industriales tales como el cromo, cloro yformalaldehído, y peor aún, si el algodón se resiste a absorber el tinte, este va a parar a las aguas residuales de la fábrica que suele terminar en ríos y mantos acuíferos locales. Además de que estos químicos contienen carcinógenos (aquí entran los médicos ambientales). Después de someterlo a un ACV no resulta ser tan “verde” como se presumía. Lo que propongo entonces es validar estos productos...