La teoria celular

LA TEORIA CELULAR

Escribir la teoría de las ciencias como un capítulo especial de la historia general de la civilización, o bien debe uno buscar de nuevo en las concepciones de un momento dado una expresión del espíritu general de una época.
Esta historia se reconstruye a través del historiador, ¿Es posible que por si mismo sea capaz de hacer progresar una cuestión científica, llevar a unbuen término la regresión histórica? Para hacer obra de historiador de la ciencias es suficiente resaltar el carácter histórico, incluso pasando, de tal obra de tal concepción, de revelar el carácter caduco de las nociones a pesar de la permanencia de los términos.
La historia de las ciencias es la historia pero no la ciencia, siguiendo este camino uno puede llegar a decir que la historia de laciencia es más una curiosidad filosófica que un excitante del espíritu científico. Esto que planea sobre dicha concepción es el espejismo de un estado definitivo del saber. El progreso no es concebido como una relación de valores cuyo desplazamiento de valores en valores constituirá el valor esta identificado con la posesión de un último valor que trasciende a los demás, según está concepción, y apesar de la ecuación de lo positivo y de lo relativo, la noción positivista de la historia de las ciencias recubre un dogmatismo y un absolutismo latentes.
Ahora bien, desde que una teoría antigua, durante largo tiempo tenida por caduca, recobre una actualidad nueva aunque a veces aparentemente paradójica, uno apercibe, releyendo en un ambiente de amplia simpatía los autores que le han propuesto,que los mismos han experimentado una ciencia reticencia sobre su valor de explicación exhaustiva y que han podido entrever su corrección y complemento eventuales por otras vías que naturalmente no acertaron a formular. Así como Newton descubrió, bajo la figura de los anillos a los cuales dio su nombre, son sus discípulos quienes, ante el éxito de la tentativa newtoniana, dieron a ésta un aspectodogmático traspasando el pensamiento del autor y haciendo más difícil una marcha atrás. Langevin saca conclusiones francamente desfavorables al espíritu dogmático de la actual enseñanza de las ciencias. Para combatir el dogmatismo, es más instructivo constatar cuando más y mejor que sus continuadores y comentadores, ¿Desde entonces, por qué el historiador de las ciencias presentaría a Linneo como elresponsable de una rigidez doctrinal que incumbe a la pedagogía más que a la construcción de la teoría? La fecundidad de una obra científica tiende a esto que no impone por la elección metodológica o doctrinal hacia la que se inclina. Las razones de elección deben buscarse fuera de la obra. El beneficio de una historia de las ciencias bien entendida nos parece que ha de ser revelar la historia enla ciencia. La historia, es decir, según nosotros, el sentido de la posibilidad, Conocer es tropezar menos contra la realidad que validar lo posible haciéndolo necesario. La fragilidad de lo uno lo priva de una dignidad de lo otro, que le vendría de su solidez. La ilusión hubiera podido ser una verdad. Es posible que la verdad algún día se revelará ilusión y la filosofía un sesgo de seriedadhaciéndole perder el de una juglaría verbal y dialéctica en el mal sentido de la palabra, no resultaría vano que la ciencia retirara de su comercio filosófico un cierto gesto de libertad y la verdad como un dogma, incluso cualificado de positivo, puede ser provechoso buscar los elementos de una concepción de la ciencia e igualmente de un método de cultivo, en la historia de las ciencias.
La teoríacelular está muy bien echa para el espíritu humano a vacilar sobre el carácter de la ciencia biológica: ¿es racional ó experimental? Son los ojos de la razón quienes ven las ondas luminosas, pero bien parece que sean los ojos, órganos de los sentidos, quienes identifiquen las células de un corte vegetal.
El ojo armado del microscopio ve al viviente macroscópico compuesto de células como el ojo...