legitimidad

En los estudios recientes, a pesar de las expectativas promisorias y de amplio reconocimiento sobre la importancia -tanto teórica como práctica- de desagregar los índices de legitimidad/apoyo, buenaparte de los investigadores en los años siguientes concentraron su interés en una sola dimensión (satisfacción con la democracia). De este modo, después de una extensa discusión sobre la relevanciaempírica de la dimensionalidad del apoyo, Dieter Fuchs, Giovanna Guidorossi y Palle Svensson11, por un lado, y las observaciones de Christopher J. Anderson y Christine A. Guillory12, por otro, todosemplearon en sus investigaciones una única variable (satisfacción con la democracia), a fin de dar cuenta de los niveles de apoyo, predominantes en las democracias europeas. Si bien es cierto que enesta discusión, sobre la dimensionalidad de la legitimidad, algunos prefirieron concentrarse en una sola variable -como la satisfacción con la democracia-, a comienzos de los noventa, las investigacionesrebasaron tal propuesta adoptando una noción bidimensional difuso/específico para proceder a una conceptualización más amplia de la legitimidad política.
El análisis de las dimensiones del conceptode legitimidad en cada caso ha tenido que recorrer caminos con muchos obstáculos. No obstante, los desafíos sobre la selección de variables, así como otros que surgen en el desarrollo de cadainvestigación en cuanto a la validación del constructo de legitimidad, abren nuevas posibilidades y discusiones en torno a la metodología apropiada. De acuerdo con Mitchel Seligson16, es necesario tomar lasprevisiones correspondientes, pues si la teoría de la legitimidad debe corresponder a realidades específicas, es preciso emprender investigaciones en un nivel nacional, sin abandonar por ello losestudios comparativos.
Lipset planteó la tesis de que las crisis económicas no están directamente relacionadas con la estabilidad polí- tica. Según este autor, el impacto de las crisis económicas sobre la...