Relatoria sobre genealogía de la moral
El movimiento nihilista, por antonomasia, es, por tanto, para Nietzsche, el cristianismo, «que necesita del pecado, de la culpa y deldesprecio de esta vida, y nos anima a poner nuestros anhelos en un más allá». El ideal del pensamiento científico y la moral cristiana, la democracia y el socialismo son, a juicio de Nietzsche, losfenómenos en los que se resume el nihilismo, manifestaciones degenerativas de una humanidad que, sin embargo, en un tiempo (el de los griegos presocráticos) habría sido grande y fuerte.
El modo deinvertir esta tendencia, según Nietzsche, requiere, básicamente, dos cosas: 1) Olvidarse de todo «mundo verdadero», de todo trasmundo supuestamente situado más allá del mundo de la apariencia como lugarde los valores y de los ideales que representan nuestro deber-ser; en otras palabras, aceptar que «Dios ha muerto», y, con él, todo sentido y todo valor que no dependa de la propia voluntad creadoradel hombre. 2) Aceptar un nuevo concepto del tiempo —la teoría del eterno retorno— que sustituiría la estructura lineal de la temporalidad metafísico-cristiana sobre la que se vertebra la separación...
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