Sida
PABLO - ¡Tu hijo no puedeentrar en nuestra casa! No se lo merece. No consiento que pueda contagiar el sida a nuestras hijas. Toda la vida ha hecho lo que le ha dado la realgana, sin tener en cuenta lo que opinamos los demás. ¡Ahora que se atenga a las consecuencias y que purgue sus culpas!
ROSARIO - (Llorando yenjugándose las lágrimas con un pañuelo) ¡Solo se trata de tenerlo con nosotros hasta que se muera! Está tan deteriorado que ya no puede durar mucho tiempo. Mehan dicho que se ha escapado del hospital y que anda pidiendo limosna por ahí... Lo podríamos tener incomunicado en una habitación y así no podrácontagiar a nadie. Te prometo que solo estaría en contacto yo con él. ¡Ten piedad de él! ¡No consientas que tu hijo muera como un perro en alguna calle dela ciudad!
PABLO - ¿Acaso nos tuvo él en cuenta a nosotros? ¿Acaso le importamos nosotros cuando se lió con drogadictos de la peor calaña? ¡Desdeentonces no quiso saber nada de nosotros, a pesar de que le pedimos que volviera! ¡Ya es tarde! ¡Es merecedor del castigo que el mismo se hainfringido! ¡Te prohibo terminantemente que le metas en esta casa, aunque llame y te lo pida! ¡Como no me obedezcas os echo a patadas de esta casa a los dos!
Regístrate para leer el documento completo.