Sueños

Hay que despertar

Conoces ese lugar entre el sueño y el despertar, ese lugar donde aun puedes recordar tu sueño? Ahí es donde siempre te amare, donde siempre te estaré esperando-Peter pan.
Esas palabras llevaban dando vueltas en mi cabeza desde tiempo atrás y más aún porque yo mismo las haba pronunciado. Pero aquella mañana en especial, ese amanecer tan característico que no me recibió conlos alegres rayos de sol que solían acariciarme dulce mente cada mañana. Aquellas pequeñas esquelas de luz que me recibían desde el horizonte llenándome tanto a mí como a la habitación de vida estuvieron ausentes. En cambio a lo que yo esperaba fue un amanecer tenue, con un cielo teñido de gris. El cielo había sido invadido por enormes nubes repletas de nostalgia y dolor que derrochaban lagrimasen forma de lluvia y sollozaban en forma de truenos y ventarrones de viento sobre la ciudad. Aquel viento tan helado que no se limitaba a soplar, si no que aullaba y rugía de forma tosca y fría, impactaba contra la ventana de mi dormitorio, queriendo entrar y devorar cruelmente aquel calor que me acogía y me resguardaba. Aquel clima transmitía un sentimiento de nostalgia y de decadencia en miser. Apenas consiente y con el rostro aun lleno de sueño, comencé a pensar profundamente mientras observaba la penumbra que envolvía el techo de mi dormitorio. Tal vez no era muy notoria mi intriga al despertarme completamente y al darme cuenta de que había vuelto a soñar con ella. Había vuelto a soñar con aquella delicada y disimulada presencia que invadía mis sueños desde tiempo atrás y seaferraba con más fuerza a mi cada noche. Siempre era ella, la misma mujer que se postraba durante el clímax de mis sueños. Aquella chica de piel tan blanca y suave como la nieve que de cierta forma hacían brillar esos grandes y relucientes ojos color agua marina. Tan solo bastaba una ligera mirada de aquella mujer para sentir una sensación de serenidad y alivio alrededor. Eran de verdad un par dejoyas situadas en su hermoso rostro. Sus labios eran delicados y muy bien torneados de un color rojo carmín. Acompañados por una dulce y melodiosa voz como la miel. Era un verdadero placer escuchar como aquella delicada voz me susurraba cosas y escuchar las inocentes risas que se escapaban de sus labios. Su nariz era suave y respingada como si hubiera sido esculpida a mano con el más mínimo detalle.Sobre sus mejillas se postraban pequeñas y disimuladas pecas. Su figura era esbelta y con un pecho bien formado y caderas fuertes. Sus piernas eran largas y delgadas, al igual que su abdomen esbelto. Su cuerpo era majestuoso, tan agraciado y dotado con aquellas curvas que cualquier mujer hubiera deseado tener. Parecería que se hablara de una muñequita de porcelana al describirla. Sus largos ybrillantes cabellos obscuros llegaban hasta debajo de la cintura y la envolvían al alejarse de mí al final de aquellos largos eh intrigantes sueños. Sería posible que la misma mujer que invadía mis sueños continuamente fuera lo único que me quedaba del recuerdo de la que alguna vez llego a ser mi amada. Tal vez aquella mujer solo habría de ser una simple coincidencia, una simple y dulce coincidencia.Pero aun así no descartaba aquella idea moribunda, que daba vueltas por toda la habitación y que resonaba en lo más profundo de mí ser. Sabía por dentro de que aquellos sueños significaban algo más, algo que no podía entender aun. Que no podía entender despierto. Sería posible que mi alma pidiera a gritos el regreso aquella mujer que se había marchado cruel mente de mi vida. Que desde su partida,su recuerdo encontraba refugio en mis sueños. mi ser pedía algo más que una simple fantasía a su lado. Algo más que un simple sueño. Eran esas preguntas las que me mataban cada mañana y abrían en mí una vieja herida. Seria posible que con esas preguntas y cuestionamientos, pudiera encontrar una salida ah este mal que me tragaba vivo. No lo sabía aun con exactitud y no hacía otra cosa que seguir...