Casas
Así, desde las autoridades públicas, las políticas carcelarias están haciendo crisis en casi todos los casos nacionales(los motines y demás problemas acaecidos en los últimos tiempos así lo atestiguan) y las reformas de tipo legal no han tenido demasiados efectos, en la medida en que solo han pretendido endurecer laspenas previstas, sin cuestionar el enfoque puramente represivo de las mismas. El mejor ejemplo –en su conjunto- son las políticas de “mano dura” y los programas de “tolerancia cero”, que no hanlogrado impactos positivos e incluso han amplificado muchos problemas.
Por su parte, desde los afectados por la violencia, las respuestas se han concentrado en el "atrincheramiento privado"(rejas, alarmas, condominios "militarizados", etc.) en el caso de los "integrados", o en el desarrollo del ejercicio de la justicia por mano propia (“juicios sumarios" y linchamientos de "delincuentes”,grupos de autodefensa, etc.) en el caso de los "excluidos"- Prácticas cargadas -en ambos casos- por ingredientes sumamente perversos, entre los que se cuentan el destaque permanente, sesgado y exageradode estos temas en los medios masivos de comunicación, como parte de una estrategia “legitimadora” del uso de la fuerza en la solución de cualquier tipo de conflictos, desde “aparatos de seguridad” queno tienen por qué ser controlados democráticamente (lo único que interesa es que sean efectivos) y que van a hacer todo por nosotros, sin necesidad de que nosotros participemos.
En el fondo,las respuestas no logran resultados relevantes, porque no atacan más que las expresiones más visibles del fenómeno. Tal como lo señalan diversos estudios, resulta imprescindible asumir que estamos...
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