El mercado de san juan

Mercado Popular, “San Juan”
Crónica

“SE SOLICITA PRONTO MUCHACHA TRABAJADORA CON MUCHAS GANAS Y ACOMEDIDA”
Desde mi ubicación, sentado frente a la barra que funciona como mesa, he leído ese anuncio que tiene carácter de urgente.
Rosa me preguntó:
– ¿Sopa o consomé?
– ¿De qué es la sopa?
– De munición – Me contestó impaciente.
Se entiende la actitud. Ella y ocho personas más,atienden a toda una clientela apostada, con cubiertos en mano, en la espera de engullir los sagrados alimentos.
– ¡Rosa, más tortillas!
– ¡Me das agua por favor!
– Disculpe. ¿Qué tiene de comer?
Son las tres de la tarde con 16 minutos. Mi lugar de trabajo se encuentra al sur de la ciudad, pero, por situaciones de papeleo administrativo, he venido a dar un paseo por estos rumbos. Voy saliendode la estación del metro Salto del Agua, al cruzar la avenida Arcos de Belén, para dirigirme a otra, de nombre Eje Central, mis ojos se impactaron con una marquesina que anuncia en todo lo alto “Mercado Popular, San Juan”. Un ronroneo en el estómago me invitó a incursionar por esos pasillos de la abarrotería mexicana.
¡Impresionante!
– ¡Pásele joven! (agradezco el cumplido) tenemos arroz, sopade moñito, costillita con habas en chile verde, chicharrón en salsa morita, rajitas de poblano con su queso y su crema, costillitas, pescado. Hay frijolitos refritos y de la olla, agua de jamaica o de piña, refrescos.
– ¡Pase joven, verá que no se arrepiente!
El prototipo para estos mercados surgió en los 60’s, lo tengo en la memoria porque mi abuela materna tenía un puesto de telas en lavieja placita de la colonia Moderna. Para ser más precisos, el 8 de Febrero de 1962 fue inaugurado el nuevo mercado por el entonces, presidente de la república, Lic. Adolfo López Mateos (1958-1964). El día de la inauguración apenas lo recuerdo; lo que no olvido, es el júbilo de mi tía Nati, al gritaba ¡lo besé! ¡lo besé! cuando el presidente pasó junto a ella. Aquellos pasillos eran iguales a éstospero, no tengo idea, si aquellos ya se hayan modificado, en cambio en este inmueble, sí, que se han transformando ¡qué barbaridad! es un mundo de alteraciones arquitectónicas. Se ha fracturado la armonía y se ha construido la estridencia.

En la entrada principal del Mercado Popular “San Juan”, o lo que fue de ella, desapareció toda una hilera de puestos para dar paso a una estructura adaptada,muy parecida a un restaurante con mobiliario cómodo y, cabe señalar, de cierto lujo. Más adelante, saliendo de la primera oferta comilona, con asombro, descubro otra edificación culinaria ordenada en dos niveles. A diferencia del comedor anterior se vende toda una selección de frutas de la estación en ensaladas, jugos, aguas frescas o licuados y de comida ¡tortas! en infinidad decombinaciones.
– ¿Gusta subir? Hay mesas desocupadas.
Me dijo, una de las promotoras del lugar, tal vez, al percatarse del instante en el que recorrí atónito, los muros del salón de arriba, decorado con pinturas de los alimentos que ofrecen.
– No gracias –
Delante de la edificación, por el pasillo, había gran cantidad de sillas de otras tantas cocinas con operarios que asediaban a losmarchantes, que iban y venían al igual que yo. Giré a la izquierda para continuar por el pasillo lateral, por ahí seguiría visualizando las viandas en las cocinas. De repente me encontré con otro edificio: un salón de belleza. Muros de cristal, escaleras de caracol y todos los implementos necesarios para realzar el atractivo femenino y masculino. Por ese mismo pasillo se va al centro del Mercado, en él seobserva imponente, un santuario con esculturas de la Virgen de Guadalupe y de San Judas Tadeo, adornado por muchos ramos de flores. En ese momento una señora ya de edad avanzada, junto con su familia y otras personas depositaba una ofrenda floral. Doña Chanita le decían. Poco después me enteré que tres años atrás habían pinchado y muerto a su hijo Pepe por defender a sus clientes de unos...