Resumen: el secreto del universo, johanes kepler

El secreto del universo
Johanes Kepler de Wuttemberg
Epístola dedicatoria
Muy reverendo príncipe; reverendísimos, ilustres, reverendísimos, generosos, nobles, valerosos, muy graciosos señores. Se cumple este año el vigésimo quinto aniversario desde que hice público entre los hombres este pequeño libro titulado Mysterium Cosmographicum, dedicado a los magistrados elegidos para aquella época enla muy honorable corporación de vuestra comunidad.
Como los amigos me solicitaron que preparase una segunda edición, juzgué propio de mi obligación no retrasarlo por más tiempo.
Me aconsejaban que corrigiera, aumentara y perfeccionara este librito, pero pensé que sólo podría perfeccionar el libro si trasladaba a él la mayor parte de mis obras editadas a lo largo de estos veinticinco años casien su totalidad. Sin embargo, elegí una forma de edición frecuentemente utilizada al editar las obras ajenas, en donde no se cambia nada, pero allí donde se precisa alguna corrección o alguna aclaración o algún perfeccionamiento se introduce mediante comentarios en tipografía diferente.
Para dejar intacto el libro en esta segunda edición, creo yo, que uno tenía otra cosa que hacer que ofrecertambién esta edición con una nueva dedicatoria a los primeros patronos a los que me dirigí en la dedicatoria subsiguiente, o, si algo ha cambiado en las cosas humanas desde aquellos días, a sus hijos o sucesores, y también, finalmente, al mismo honorabilísimo cuerpo de la comunidad, con cuya ayuda escribí antaño el libro.
Sea, pues, éste el objetivo de esta nueva dedicatoria, que si yo lograracompletar, señores, gracias a vuestra munificencia, sería mi mayor cometido como también lo sería el que, antes de que yo publique la Tablas Rudolfinas dando con ello remate de la restauración astronómica, el antiguo penta-estado de las provincias austriacas sea restaurado bajo Fernando II . A quienes con la debida veneración me encomiendo. Dios os guarde.
Vuestro rendido servidor,
Johanes KeplerDedicatoria antigua
Por fin pongo ante vuestro trono, generosos señores; obra, digo, de corta extensión, de modesto esfuerzo, de contenido por doquier admirable. Pues, tanto si se mira hacia el pasado, hace dos mil años fue intentado por Pitágoras, como si se mira al futuro soy el primero en divulgarlo entre los hombres.
No mencionaré el hecho de que este asunto de la creación, es unmagnífico argumento, cuando contemplamos cómo Dios, a la manera de alguno de nuestros actuales arquitectos, al ponerse a construir el mundo con un orden y una norma hizo cada cosa con tal medida, como si el arte no imitase a la naturaleza, sino que el propio Dios atendiese al modo de construir del hombre que habría de venir después.
La razón por la que la mente fue acoplada a nuestros sentidos por elBienechor, no fue tanto para que el hombre se sustentase, sino también para que a partir de las cosas que con los ojos vemos que existen nos dirijamos hacia las causas por las que existen y ocurren.
Aceptadme en vuestra complacencia a ustedes a mí como humilde cliente vuestro y, finalmente, acostumbraos a contaros entre los Atlantes, Perseos, Oriones, Césares, Alfonsos, Rodolfos y demás promotoresde la Astronomía. Saludos.
Vuestro muy humilde matemático
Johanes Kepler de Wurttemberg

Primer prefacio al lector
Es mi intención demostrar que el Creador Óptimo Máximo se atuvo a los cinco cuerpos regulares y también que en función de su naturaleza ajustó su número, sus proporciones y la razón de sus movimientos. Pero antes quisiera decirte algunas cosas que serán pertinentes tanto para tucomprensión del mismo como para mi propia reputación.
Desde que trabajaba bajo la dirección de Michael Maestlin, yo estaba preocupado por las múltiples dificultades de las concepciones usuales del mundo. Llegué a adscribir a la propia Tierra el movimiento del Sol, pero mientras Copérnico l hizo con argumentos matemáticos yo lo hice con argumentos físicos o, mejor, metafísicos.
Tres cosas...